Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- En el principio, lo dice el Génesis, reinaban las sombras pero la luz se hizo. Los libros santos atribuyen a un ser trascendente -Yahvé Adonaí, por lo común; Dios, Alá o como quiera nombrársele- la voluntad de aclarar lo oscuro. Sin embargo nunca se aclaró a santo de qué necesitaría la divinidad de luz alguna para moverse durante la eternidad de la nada anterior; ¿Le haría falta tal vez a partir del instante en que aparecieron el espacio y el tiempo? Esa es, en verdad, la pregunta. ¿Quién necesita de la luz y para qué? Respuesta más a mano; la necesitan los artistas. La luz resalta colores, compone aristas, determina formas. Las tinieblas sólo sirven de contraste. Pero la búsqueda de su luz particular es un camino que, para quienes pintan o esculpen, no termina nunca. Velcha Velchev nos propone en esta nueva muestra su forma propia de entender el salto hacia la luz, su propuesta de universos nuevos. En ocasiones anteriores optó por esparcir las galaxias -los demiurgos las necesitan- sobre una pared desnuda; más tarde, se sirvió de la maquinaria. Entre el caos que sale de lo natural y el orden que brota de la cabeza humana existe muy poca distancia. Pero esa décima de segundo, ese milímetro cúbico apenas en el que se concentró la materia antes de estallar en luz, resume todo el bagaje de los artistas. Velcha lo sabe y lo teme. Utiliza la contención como pauta para lo creado, sospechando que abreviar etapas sólo serviría para poner aún más lejos la meta. O, peor aún -dios no lo quiera- para lograr a atisbarla. La luz es temible porque cuando un artista sabe hacia donde va, está perdido. Queda tan confuso como terminó, preso de las dudas, Yahvé mismo tras comprobar lo que era ese universo al que había regalado la luz. Los humanos todavía estamos pagando la deuda de haber despejado las tinieblas. Cae sobre nosotros el lastre al que nos condujo un cerebro para el que la palabra futuro tiene, de golpe, significado, y ése conocimiento nos resulta insoportable.
Velcha Velchev es uno de los mejores ejemplos de la diversidad cultural mediterránea. Las luces y las sombras son fiel reflejo de la dualidad en que vive el artista. Velchev ha expuesto en ciudades como Belgrado, Sofía, Dresden, Göteborg, Palma, Santiago de Compostela, Barcelona o Madrid, entre otras. La inspiración de Velchev para el proyecto expositivo que nos presenta es la de los alquimistas y filósofos de los siglos XVI y XVII, así, el artista nos presenta sus obras más recientes realizadas con diferentes materiales como el estaño, el hierro, el plomo y la madera, lo cual sitúa su trabajo a caballo entre la pintura y la escultura.