Descripción de la Exposición
La Fundación Montemadrid presenta Generación 2020, la exposición surgida de la XX edición del Certamen de Apoyo al Arte Joven Generaciones, una convocatoria cuyo principal objetivo es ofrecer una plataforma dedicada al arte actual para mostrar el trabajo de creadores emergentes y difundir estas propuestas artísticas entre la crítica especializada y el público general.
Los artistas y proyectos seleccionados en esta edición son: Javier Arbizu con Knee-deep; Elisa Celda con O arrais do mar; Oier Iruretagoiena con Paisaje sin mundo (Mural); Gala Knörr con Good Bad Not Evil; Claudia Rebeca Lorenzo con Txukela; Miguel Marina con Celada; Cristina Mejías con La máquina de Macedonio; y Nora Silva con No Fall Games.
Como cada edición, la muestra está acompañada por un catálogo bilingüe español/inglés con textos de Selina Blasco, profesora de Teoría e Historia del Arte en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, e Ignacio Cabrero, comisario de Generaciones. La producción del catálogo cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell.
El presente como resistencia ante un futuro distópico
Las ideas y los proyectos realizados por los artistas premiados en Generación 2020, formalmente presentados a través de instalaciones, vídeos, pintura, escultura o performances, están influidos por la visión de futuros distópicos, por la oscuridad, el fanatismo y la actual obsesión por el control y la vigilancia. Sin embargo son proyectos que actúan como resistencia a estas visiones. Según Ignacio Cabrero, los trabajos muestran de alguna manera una crítica al mundo actual, pero también llevan implícita la posibilidad de construcción de nuevos sentidos que hay que intuir y cultivar mediante la acción política y el arte.
El jurado de la convocatoria Generaciones de la última edición, formado por Lisette Lagnado, comisaria de la 11th Berlin Biennale for Contemporary Art, Fernando Pérez, Director de Azkuna Zentroa Alhóndiga Bilbao y Marta Rincón, directora de programación de Acción Cultural Española (AC/E), valoró las más de 300 propuestas recibidas. El proyecto de los ocho artistas seleccionados se ha dotado con 10.000 euros.
De esta manera, la convocatoria Generaciones de Fundación Montemadrid cumple 20 años en su apoyo y promoción al arte emergente español. Desde su primera edición, más de 16.000 artistas han participado en esta convocatoria que se ha convertido en un referente dentro de la comunidad artística
PROYECTOS GANADORES GENERACIÓN 2020
Javier Arbizu, (Estella, Navarra, 1984)
Knee-deep
2020
Instalación
Objetos escultóricos de metal bismuto
Dimensiones variables
Continuando con sus trabajos anteriores, Javier Arbizu parte de diferentes fragmentos del cuerpo humano como cabezas, orejas, dedos, espaldas… y presenta una serie de esculturas huecas en bismuto. El interior de las mismas contiene cristalizaciones en forma de maclas escalonadas del metal y refleja los colores propios de la oxidación del mismo. En la superficie exterior se aprecia tanto la textura de la piel del modelo humano como las arrugas y grietas propias del metal, en una suerte de dialéctica entre lo humano y lo metálico, entre lo líquido y lo sólido, lo frágil y lo imperecedero.
El trabajo de Arbizu pretende así articular ese materialismo vital, donde no hay ningún punto de quietud pura, ningún átomo indivisible que no esté dotado de fuerza virtual. El proyecto Knee-Deep (hasta las rodillas, en español) toma como referencia el motivo medieval del hombre como representación en miniatura del cosmos (microcosmos,) y su recíproco, el cosmos como representación a gran escala del hombre (macroanthropo). Plantea así la paradoja de un algo pequeño dentro de algo grande y un algo grande dentro de algo pequeño. Un lugar en el que lo semejante conoce a lo semejante, cuyo fin es el de pensar en la afinidad entre el hombre y el mundo, entre lo exterior y lo interior, lo universal y lo particular.
Elisa Celda, (Madrid, 1995)
O arrais do mar
2020
Proyección audiovisual en bucle
La película registra una jornada nocturna de la última comunidad de pescadores del Arte de Xávega, un tipo de pesca tradicional desaparecida en el litoral español y en proceso de extinción en Portugal, que apenas ha evolucionado a lo largo de siglos. Al anochecer, los pescadores llegan con los tractores iluminando la orilla, dejan caer las redes de Xávega y exhiben sus capturas sobre la arena, entre las que no sólo hay pescado, sino también todo aquello que la red arrastra del fondo del Atlántico. Con estos objetos encontrados crean sus propios altares, donde se funden historia y leyenda, construyendo el imaginario colectivo asociado al territorio, ubicándonos en un espacio atemporal iluminado por focos en la noche.
Al mismo tiempo, bajo el inmenso acantilado a pocos metros del mar, en un camino de tierra sin asfaltar entre arbustos y vegetación, otros cuerpos deambulan por el terreno, buscando encuentros sexuales ocasionales entre ellos.
O arrais do mar retrata un espacio sin centro y sin apenas vigilancia en el que determinadas acciones que han sido desplazadas encuentran su lugar. Es una lectura contemporánea de la espera y un retrato a modo de escenografía territorial durante un intervalo de tiempo. Una experiencia sensorial y caleidoscópica, que juega con la dualidad entre varios escenarios, difuminando la frontera entre lo que se ve y lo que no se puede ver.
Oier Iruretagoiena, (Errenteria, Gipuzkoa, 1988)
Paisaje sin mundo (mural)
2020
Instalación
Dimensiones variables
El filósofo Zygmunt Bauman entendía el término retrotopía como una negación de la negación de la utopía, señalando que el ser humano proyecta las utopías en el pasado preindustrial en lugar de proyectarlas en el futuro. La nostalgia por tiempos pasados, conceptualizados de un modo mucho más positivo de lo que realmente fueron. El interés y la preocupación por esta situación es el paisaje de fondo que acompaña al artista en la realización de este proyecto. El resultado del proceso es una serie de trabajos articulados a partir del corte y el cosido de pinturas abandonadas y recuperadas.
Paisaje sin mundo consiste en la rearticulación y ensamblaje de pinturas que durante algún tiempo decoraron viviendas particulares y que han sido después desechadas. Los motivos que muestran esas pinturas son paisajes rurales o naturalezas domesticadas para el cultivo. Además de la atracción hacia la materialidad de la pintura, y del hecho de que sean obras únicas y no reproducibles, la elección de este material de trabajo ha estado marcada simultáneamente por el propio interés del artista en lo rural y por la dirección que las propias pinturas, encontradas en diferentes ciudades a lo largo de varios meses.
Gala Knörr, (Vitoria-Gasteiz, 1984)
Good Bad Not Evil
2020
Instalación
Óleo sobre lienzo, vídeo, tela de seda y cojín/alfombra
Dimensiones variables
La genealogía de las imágenes que se consumen, se crean, se alteran y se comparten para definir aspectos de las multirrealidades del ser humano siempre ha sido de origen dudoso. Aun así, también forman parte del patrimonio de la sociedad capitalista digital. Más allá de lo obvio, tienen una connotación especulativa y relacional, tienen la habilidad de provocar un sentimiento de reconocimiento o espejo para el usuario o espectador. Por ejemplo, el meme está relacionado lingüísticamente a la palabra francesa même, utilizada para referirse al igual, el mismo.
El proyecto Good bad not evil indaga en la naturaleza de las imágenes digitales, la imagen pobre, los memes y los deep fakes, para transmitir “la absurda pero poderosa naturaleza asociativa de las imágenes de internet y cómo han transferido su poder de la realidad digital a la realidad vivida”.
Gala Knörr investiga y analiza esas reacciones compartidas de manera colectiva a partir de sucesos reales, y cómo el lenguaje post internet y la simbología millennial se traducen al medio artístico. Presenta un proyecto a modo de instalación que incluye obras pictóricas de gran formato y un vídeo que muestra una reacción colectiva a sucesos reales, basada en esas imágenes virales del lenguaje de internet.
Claudia Rebeca Lorenzo, (Logroño, 1988)
Txukela
2020
Instalación. Óleo en barra, ceras y objetos escultóricos de escayola, metal, cemento, resina y plástico
Dimensiones variables
En Txukela, Claudia Rebeca Lorenzo continúa dando forma -y cubriendo con celo- a sus esculturas, gestando piezas que terminan por convertirse en bustos. Demuestra aquí su interés por el peso simbólico que el busto ha tenido a lo largo de la historia del arte, desde los bustos cicládicos, pasando por los retratos de Nefertiti, hasta los bustos de Bruce Nauman, si se habla de un contexto contemporáneo, o incluso los primeros trabajos de Lucio Fontana o la práctica actual del selfie.
El título Txukela proviene de la palabra perro en el habla de los gitanos que viven en el País Vasco, el erromintxela, una forma criollizada del romaní con grandes influencias léxicas del euskera. Este título enlaza con el del anterior proyecto de la artista, Perro dormido, que a su vez es un fragmento de un haiku del escritor japonés Kobayashi Issa. Un arte, el del haiku, que interesa especialmente a la artista por su carácter de poesía diaria, de lo cotidiano, algo que Claudia Rebeca Lorenzo lleva también a su trabajo plástico.
Miguel Marina, (Madrid, 1989)
Celada
2020
Instalación
Materiales diversos
Siguiendo la línea de investigación y formalización de anteriores proyectos del artista, el proyecto radica en una búsqueda de elementos del paisaje que enlazan con el individuo, la historia y el territorio. Todos ellos van configurando un modo de hacer centrado en el interés por el traslado de información a los objetos y la definición de éstos como elementos fundamentales de una narración.
Celada gira en torno a la idea de atrapar y recoger. En él, una serie de piezas contienen trazas de los lugares que el artista ha ido explorando, cosas que le han pasado y trata de mostrar y atrapar en el presente, hilando un escenario donde plantea una lectura transversal sobre lo vernáculo, el hacer y la identidad subjetiva e intangible del paisaje, sea cual sea éste.
Cristina Mejías, (Jerez de la Frontera, 1986)
La Máquina de Macedonio
2020
Instalación
Pieza textil suspendida; elementos escultóricos generados a partir de una serie de relatos y audio
Dimensiones variables
La máquina de Macedonio, creada por Ricardo Piglia en su novela La ciudad ausente, sirve también de título para este proyecto sobre la construcción del relato, su polisemia y su mecanismo de ficcionalización.
En la novela de Piglia, la máquina se encuentra en un museo, y desde allí genera historias a partir de la transformación de otras precedentes, acompañando toda la trama. De manera similar, los wayúu o guajiros que habitan desde épocas precolombinas un territorio entre Colombia y Venezuela, relatan cada día lo que sueñan la noche anterior, con la intención de afectar, con su interpretación, su día a día y su cosmovisión.
Partiendo de ahí, este proyecto reflexiona sobre la construcción narrativa y la imposibilidad de un relato unívoco. Pues si las palabras relacionar y relatar poseen la misma raíz y hacen referencia a traer de nuevo, otra vez, ambas acciones nunca ocurren del mismo modo. Es imposible la existencia de un único relato, de un único sueño y de una única relación. Es por eso que la lectura estaría hecha de imprevistos, encuentros fortuitos, distracciones y saltos espacio-temporales, donde un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario.
Nora Silva, (Madrid, 1988)
No Fall Games
2020
Instalación y performances
Dimensiones variables
El proyecto No Fall Games propone una coreografía de acciones y gestos tomados de los sistemas de seguridad, la violencia suave y la cultura de la autovigilancia. La performance se desarrolla dentro de una instalación que propone el miedo como entorno, un mundo saturado que nos restringe a una claustrofobia estresante. Plantea el estado de pánico como infraestructura y excusa de la imposición de la hiperseguridad, la prevención de riesgos a costa de nuestra privacidad, la anulación de cualquier variable que suponga una amenaza a nuestra búsqueda compulsiva de certeza.
Cacheos casuales, el boca a boca, selfies y rituales de autoconservación son los movimientos que activan el espacio, clínico y no resbaladizo. Aludiendo al health and safety de Instagram, los performers, envueltos en ergonomías diseñadas para prevenir cualquier peligro, monitorizan incansables todos sus movimientos entre selfie y selfie, creando un autodiseño mediado por algoritmos para la recopilación de datos de usuario y la producción de un valor de marca propia a la que, sin embargo, no tenemos acceso.
La performance de No Fall Games tendrá lugar sábados y domingos del 8 al 23 de febrero a las 12.00 y a las 19.00 h.
Actualidad, 18 feb de 2020
#loquehayquever: muestras fruto de residencias, becas y premios
Por Gustavo Pérez Diez
Nueve exposiciones, entre individuales y colectivas, que tienen como punto de origen distintas convocatorias nacionales e internacionales de instituciones públicas y privadas dirigidas a jóvenes creadores y curadores.
Exposición. 14 nov de 2024 - 08 dic de 2024 / Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) / Córdoba, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España