Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Se presenta a la mirada de los espectadores una antología de la producción plástica de Dionisio Gázquez Méndez. Un pintor preocupado por los atisbos lumínicos que ha procurado disolver la dualidad entre construcción y gestualidad en base a una esencia arquitectural, con reflexiones sobre el espacio. Desarrollando diferentes exploraciones plásticas hasta optar por la vía de la abstracción, a fin de instalarse en la órbita del arte representativo no figurativo, disocia aspectos de la realidad para transferirlos al cuadro; aprehende sensorialmente los elementos básicos; retiene los caracteres extraídos de la percepción que les da fundamento, independizándolos y reconfigurándolos en un nuevo universo que sólo tendrá cualidades plásticas; procede a una nueva organización cimentada en el concepto y la sensibilidad, en la que -voluntariamente- se ha perdido toda vinculación palmaria con la percepción concreta original. Con su modus faciendi plástico, Gázquez está procediendo al desentrañamiento de algunas de las posibles claves definitorias de nuestro frágil y maleable momento estético, al detectar e interrogar algunos de sus intrínsecos perfiles. Entre otros, el del autorrepliegue hedonista, tras haberse producido en esta mudable y plurívoca etapa histórica que le ha tocado vivir una traslación axiológica de lo social a lo íntimo. Pues con sus sucesivos "viajes" introspectivos viene transfigurando la materia desde el obsesivo bucear en la memoria; búsqueda interior que ha hecho aflorar pulsiones derivadas de estados afectivos o intelectualizaciones de experiencias vitales. Aliando lirismo y racionalidad, meditación y expresividad, arquitectura interna y gestualidad, su lenguaje resultante de una vívida carga emocional, ha entroncado, en el ancho crisol del presente posmoderno, con este inestable y poliédrico tiempo nuestro de pluralidades y contradicciones. Su preocupación artística está centrada en la vibración de la materia a través del color, como si el conjunto de pequeñas pinceladas aplicadas a la superficie de la tela experimentasen una leve oscilación a modo de rítmicos latidos en expansión, acentuando así la variedad tímbrica del tamizado cromatismo. De este modo, las cuidadas texturas, la sensualidad que transpiran las veladuras y el resplandor de sus radiaciones luminosas en expansión centrífuga, crean en cada cuadro una nueva realidad, mediante la hábil conjugación de técnica pictórica, tratamiento matérico, intuición y sensibilidad. Coexiste en sus planteamientos estéticos un cierto concepto de dualidad: un espíritu organizativo movido por el análisis del rigor racional, junto a una marcada vocación expresiva, donde aflora la libertad del gesto, un refinado lirismo y la vibración cromática de la materia. Desde la asunción de que la pintura es un medio de concebir el mundo visualmente, de que cada obra patentiza un conjunto de valores y de que el arte, entre otros muchos atributos, tiene el de ser un constructor de la realidad, Gázquez se sitúa actualmente en un momento de colmada madurez que no ha perdido un ápice de prurito investigador.
Pintura, Dibujo, Escultura.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España