Descripción de la Exposición
Gabriel Boils: Ornamento y deslave
Aún cuando en el arte contemporáneo la filosofía y la cultura de Grecia y Roma no se manifiestan con la frecuencia con la que aparecen en otros momentos de la historia del arte, el imaginario popular ha hecho de la grandeza del clasicismo un ancla al cual amarrarse cuando busca una identificación con conceptos como la belleza, lo formal, la alta cultura o la elegancia.
Aunque no existan templos antiguos o columnas corintias en Tijuana, hay detalles en edificios que evocan elementos de la arquitectura grecolatina. Estas estructuras son un testimonio del deseo de conectar con el esplendor del pasado y añadir un toque de elegancia clásica al paisaje urbano; sin embargo, gracias a la naturaleza caótica, imprevisible y estilísticamente híbrida de esta ciudad, esos objetos se alzan como parte de un repertorio decorativo kitsch.
No es esta la única razón por la que Gabriel Boils acude al arte y la arquitectura griega y romana para dibujar un paisaje natural y cultural de Tijuana. Aún cuando cita referencias clasicistas, esta heterodoxa y ambiciosa instalación expone un universo de alegorías muy críticas, irónicas y descarnadas sobre esta urbe y sobre la imagen de la ruina: un tropo que se encuentra tanto en los restos monumentales de Grecia y Roma como en la teoría de la pintura. Sobra decir que la ruina es también una buena imagen para identificar la improvisada arquitectura autoconstruída y la decadencia del urbanismo en nuestras ciudades.
Con una libertad inusual en el empleo de materiales y soportes, Boils construye una puesta en escena donde combina elementos arquitectónicos clásicos como columnas, arcos y pinturas al fresco, con símbolos y figuras icónicas de la cultura y el paisaje tijuanense a partir de un reto formal: trabajar manualmente con materiales muy asequibles asociados al mercado manufacturero como son plásticos, pinturas en aerosol y manteles de un solo uso. En cierto modo, la idea de pintar los restos de un fresco romano del siglo I a.C. con lo que se consigue en una tlapalería tijuanense, remeda precisamente la voluntad popular de introducir, dentro de los ceñidos y modestos límites de lo local, al distante y ajeno clasicismo grecorromano.
Por otra parte, la asociación cargada de ironía y sarcasmo filoso entre Tijuana y el mundo clásico parte de dos genealogías críticas: la banalidad de lo ornamental y la decadencia que encarnan la ruina y el deslave. Sobre la primera, es evidente en el nombre de la muestra, que parafrasea parcialmente el célebre ensayo de 1908 del arquitecto moderno Adolf Loos intitulado "Ornamento y delito". Para Loos, lo ornamental en las ciudades tenía que ver con una degeneración, con algo enfermizo, una involución cultural y un desperdicio material. La segunda puede surgir del título del libro más famoso del siglo XVIII: La historia de la decadencia y caída del Imperio romano de Edward Gibbon. La decadencia y caída de este título entendido como ruina y deslave, que en esta instalación se materializa en sendas pinturas dispuestas como si se trataran de frescos pompeyanos o romanos, pero en Tijuana: en uno se representa el derrumbe de un trivial edificio en el fraccionamiento La Sierra y en otro el deslave del Cañon del Matadero, ambos debido a las intensas lluvias del pasado mes de marzo.
Finalmente, esta instalación asocia con inteligencia y desparpajo iconografías aparentemente disímiles que buscan detonar una reflexión mayor sobre el valor y la vigencia de conceptos tan huidizos como la belleza y lo material, las tensiones entre lo local y lo universal y, sobretodo, la imperiosa necesidad de repensar ética y estéticamente esta ciudad.
Carlos E. Palacios
Ensenada, julio de 2023
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España