Descripción de la Exposición De hecho, todo en la vida es una frontera sin límites: Un continuo atravesar lugares, situaciones, sueños, hechos y un sinfín de llanuras que auguran promesas, cambios de vida, y prosperidades infalibles. Sobre todo las fronteras que ofrece el mar por su extensión inmensa. Nada parece interponerse a la fuga de un lugar sin porvenir. La miseria y la desolación a veces obligan a vencer riesgos que podrían conducir a una prosperidad precaria. Desde Africa las travesías se realizan en pateras. En otros lugares del Caribe son los balseros los que huyen hacia una nueva vida, sin tener en cuenta el riesgo de una inminente muerte. Con peores condiciones de viaje inician el éxodo los inmigrantes de origen mexicano que intentan llegar a los Estados Unidos, se denominan 'Wet Backs', es decir, 'Espaldas Mojadas'. Dicho de otro modo: cruzan la frontera a nado. En Asia, otras fronteras tienen continuos conflictos políticos y religiosos, causando guerras que afectan a la población mundial. Países como Afganistán, Pakistán, India, Nepal, Birmania o Indonesia, mantienen la tensión geopolítica de sus fronteras y provocan la migración de millones de personas. Las ilusiones (avaladas por la codicia de los que facilitan esas huidas clandestinas), casi nunca consiguen lo que se les había prometido y acaban devorados por la muerte. En realidad, son muchos los entornos humanos que pueden ser fronteras ficticias; cuando los límites se borran en nuestras conciencias. Basta con analizar los sucesos del día a día, para comprobar que las fronteras abiertas si no respetan la ética, acaban hundidas en el mar invisible de la vida. La placidez del mundo no consiste sólo en dejarse llevar por el afán de salir de un pozo con la esperanza de encontrar llanuras. El mundo puede ser un lugar plácido evitando desesperaciones sin necesidad de ofrecer pateras asesinas para engrosar bolsillos a costa de mentiras que llevan a la muerte. La existencia sería un verdadero caos sin las defensas de los límites. Es decir: Sin ética. Aunque puedan ser incómodas y a veces difíciles, sin ellas cabe que el mundo llegue a convertirse en un doloroso avance de un caos total. Los límites son necesarios. Hasta los lagos y los ríos los precisan, porque sin ellos, no serían ni lagos ni ríos. Serían inundaciones mortales. Mercedes Salisachs Cruzando fronteras (respuesta a Mercedes y Miguel) El medio fotográfico siempre ha estado en la vanguardia de la investigación de fenómenos políticos, registrando momentos de cambio y cuestionando la identidad cultural. Las fronteras nacionales se trazan como resultado de motivos políticos, históricos o militares y son, por lo tanto, arbitrarias, flexibles y vulnerables. A menos, claro, que se correspondan con fronteras naturales, lo cual sucede a menudo. Sólo el inmenso mar, una cadena montañosa, o un impenetrable desierto, nos limita a la hora de preguntarnos por qué este o aquel trozo de tierra debería pertenecer a este o aquel país. Y aún así, las fronteras existen para ser cruzadas, al igual que las reglas las crean las excepciones. La Diáspora judía, africana e irlandesa, son claros ejemplos de desplazamientos masivos de dimensiones históricas, de la adaptación de tradiciones antiguas a un nuevo contexto cultural y del deseo de volver a las raíces, de volver a la tierra natal. Los mismos mecanismos están, por supuesto, vigentes hoy en día. Mecanismos para atraer mano de obra en un momento dado y prohibirles la entrada a trabajadores inmigrantes en otro; mecanismos para separar a los solicitantes de asilo político de los solicitantes de asilo económico; mecanismos para cercar a las sociedades nómadas o dejar fuera a la inmigración ilegal. En este contexto, un hecho significativo es que el objetivo de los esfuerzos realizados recientemente por la Unión Europea para cerrar sus fronteras nacionales haya sido evitar que los migrantes no comunitarios puedan moverse libremente por Europa. Al mismo tiempo que ha caído un telón de acero se refuerzan otros o incluso se levantan muros nuevos, siempre con el mismo objetivo subyacente: impedir que las personas se desplacen del Este al Oeste, del Sur al Norte, de fuera a dentro o viceversa. Al fin y al cabo, cruzar fronteras no es sólo moverse de un sitio a otro, es también el proceso de perder, de reconstruir, de defender y cuestionar nuestra identidad cultural. Nuestros límites y limitaciones, dicho de otra manera. Moritz Neumüller Comisario independiente
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España