Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Enrique Castañer, valenciano, de un país de luz intensa, cegadora, tanto que destruye, confunde y vela cualquier perfil, todo posible volumen, inició su formación en medio académico tan prestigioso como la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia, cuna de tantos excelentes pintores. Mas se considera autodidacta, porque decidió renunciar a todo conformismo para dar su propia visión estética, tras experimentar en el mundo del diseño gráfico y la publicidad, arte de urgencia, madrigal precipitado como ejercicio formativo para la obra reflexionada, monda y renunciadora, que acusa, al fin, una sutilísima sensibilidad capaz de salir airosa de ese atrevimiento que es pintar desde nada, para ser todo, al fin, en el puro vacío indeterminable. Turner vio así sus tormentas en mares agitados. Los postimpresionistas alcanzaron parte de esa renuncia, en Castañer total, a las cosas, los objetos, para ser puro cromatismo. Hay cielos venecianos, en el mejor Barroco, que pueden emparentarse con la visión que este valenciano tiene de la pintura. Claro que, como hizo Zurbarán con los bodegones, hace de los fondos obra total. También las tormentas se sueñan. También, excepcionalmente, los sueños pueden tener color. Azul intenso, lírica evanescente, que se disuelve como niebla caprichosa; que se deshilacha abriendo huecos ocasionales, como ventanas a la nada. El ventarrón agita el ambiente y arrastra, idealmente, materias indescriptibles, que son golpetazo azulenco en medios amarillecidos. Todo lo que iba a conformarse se disuelve, se deshace, y danza en el espacio, o se eleva como un tornado en fondos rosados, junto a muros agredidos, ásperos, rascados. Tormentas ideales, magmas diluidos. Es el color, sólo el color, llevando la expresión plástica a sus últimas consecuencias, después de haber visto y decantado toda una tradición plástica que arranca acaso del primer Renacimiento. Mas sin que los ángeles pasen de ser espíritus inconformados. Únicamente, etereidad, vagarosidades. Y, no obstante, qué fuerza, qué rotundidad tiene, definitivamente, la pintura de este artista señero, testimonio cabal del arte del nuevo milenio que ya está rodando, como sus nubes, sus polvaredas, sus inefables indeterminaciones.
Exposición individual de Enrique Castañer, artista de origen valenciano, que ha expuesto su obra no sólo en Murcia, donde reside actualmente, o en Madrid sino también en París y en la Shangai Art Fair 2010.