Hasta el más lego en Historia sabe que la ciudad de Granada se fundó en el año 2685 antes de Cristo. No está claro en qué mes.
Así podría comenzar Paco Izquierdo el relato de la historia de Granada a través de sus fingimientos, es decir, las leyendas que se construyen para hacer creíble la realidad.
Los retratos expuestos, ya sean individuales o colectivos, reconstruyen la historia marginada en varios de sus hitos más influyentes: Habús ben Habús y Garnata le dan nombre a la ciudad que mira a Poniente; los indignos Felipe II y el Marqués de Mondéjar, enemigos a los que se pone precio; el fingimiento de los jardines de Soto de Rojas, camuflando el paraíso del deleite como un retiro de silencio y soledad; o el afán de la gente a sus territorios, como sucede con los romeros del Paño milagroso de Moclín, que alivia el mal del paño;...o los Cabezudos de La Golilla, descolocados en el lugar de las brujas, o por qué no, de los celtas.
O como diría Izquierdo: “El arregosto, descaradamente autóctono, aliado a la costumbre história y amancebado con la imaginación, ha desarrollado otra memoria de Granada tan irrefutable como la documental”.
Entrada actualizada el el 31 may de 2017
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