Descripción de la Exposición Evelyn Hellenschmidt regresa a la galería ARTEKO con 'fragmentos de tierra y mar adentro', un resumen de la exposición que ha presentado este año en marzo, junio y julio en la galería Raquel Ponce de Madrid, en D'Mencia, Córdoba y en la Alhóndiga, Segovia, respectivamente. Se trata de la tercera exposición de la escultora alemana, afincada en España desde 1986, en ARTEKO. 'Tierra y mar adentro' muestra esculturas centradas en la idea y la imagen del tránsito y representan un nuevo y delicioso ejercicio de reducción -o depuración- y de adecuación del proceso creativo y de la sintaxis escultórica al mensaje poético de Evelyn Hellenschmidt: la artista establece, en cada momento, relaciones entre el devenir del dibujo en el espacio -la línea, omnipresente, es sin duda la forma más liviana que puede concebirse- y la propia actividad constructiva, íntimamente ligada a la imagen de la soledad, a la concentración y a la cavilación. El proyecto 'tierra y mar adentro' tiene como hilo conductor un 'viaje' desde África por el mar hacia Europa. Un viaje impulsado, no por el placer, sino por la supervivencia individual y colectiva. Emigración, huida, evasión, etc. tienen un denominador común: alejarse de situaciones externas y/o internas que son difíciles de soportar. ... Quizás -se pregunta Wulf Winkelmann- como individuos estamos atrapados en nuestro auto creado mundo, como las figuras de Evelyn entre las perturbadoras zarzas metálicas que aparentan jaulas, O quizás la sociedad como ente sufre una enfermedad... En el texto introductorio de tierra y mar adentro el crítico Javier Rubio admite que no puede evitar pensar que toda la obra de Hellenschmidt plantea -o trata de responder a una única pregunta: qué hacer con el hombre, con el individuo, con la figura?, y señala: Son, precisamente, estas referencias figurativas las que caracterizan a una escultura que, por lo demás, busca siempre las estructuras mínimas, la pureza geométrica y la liviandad de lo esquemático (y aun de lo dibujístico, porque aquí la línea es el argumento principal); aunque tal vez sería más apropiado decir que es el modo en que tales personajes se insertan o se ocultan en la escultura lo que la hace tan peculiar: la figura humana no protagoniza la obra, sino que la habita y, a menudo, no es más que una diminuta y escuálida forma en la que el espectador no repara en un primer momento.