Descripción de la Exposición Sentimientos trasladados directamente al papel, sin interferencias, en una suerte de escritura automática próxima al haikú japonés, que revelan el mundo interior de Carlos de Paz y establecen contacto con los demás.
Homenaje a algunas de las personas que han marcado su trayectoria, como Goya, o Lorca. Al evocar a este último, surgen con fuerza temas fundamentales de su obra, y la mano se deja llevar; traza un ojo, que se hace luna que llora, y en la ventana del otro asoma Doña Rosita, la soltera. La negra sangre lo tiñe todo, hasta la rúbrica que remata la pieza. El subconsciente desvelado por Freud tiene forma de mujer dispuesta para el placer junto a un pulpo, nave espacial de larguísimos tentáculos, que se desliza por los recovecos del cosmos interior, el oscuro caos de la mente.
Denuncia del oscurantismo, de las injusticias del mundo, como el abismo cada vez mayor entre los muy ricos y los que están desprovistos de todo, forzando a tantas personas a jugarse cada día lo único que tienen, la vida, para alcanzar ese imposible y ya decadente mundo; o las mujeres oprimidas, sin voz, sin derechos, sin libertad, con la boca tapada, silenciada y cuyos grandes ojos tristes son los únicos que hablan. Las condiciones de trabajo de los empleados inclinados sobre sus mesas, bajo las órdenes del jefe que controla, asegurándose que cumplen con su obligación o los millones de hombres condenados a un durísimo trabajo, con un salario de miseria, sin descanso, sin esperanza, vencidos…
Evocación de los aspectos fundamentales de la vida, la pareja, la familia, el sexo: bajo los picos gemelos está el gran monte de Venus, fuente de la vida. Aquí sólo hay sitio para el goce, la alegría, vibran los colores fuertes. Disfrute de placeres sencillos, el baño en la playa, el deporte. Belleza de los cuerpos, como él de la diosa que, bañada de luz dorada mediterránea, nos habla de la tierra fecunda, de la naturaleza que prodiga sus frutos, con sus curvas pulposas, ofrecida generosamente a nuestros golosos ojos.
Todo esto y lo que la imaginación quiera añadir, son las foto-grafías que se presentan hoy en esta exposición.
La técnica empleada es innovadora y fusiona dibujo y fotografía, en su forma más elemental, según su autor: la imagen latente la genera la mano y no la cámara. Lleva trabajando en esa y otras técnicas de transferencias de color desde el año 2000. Este trabajo de fusión implica todo un proceso desde la fotografía tradicional hasta la digital más avanzada.