Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Para esta exposición, Garrido ha producido una nueva obra que cuestiona la posición del arte en el mundo contemporáneo, su recepción, distribución y valor. Esta muestra busca explorar el significado alternativo otorgado a los objetos a través de su colocación en el espacio de la galería y hace uso de una imagen de paredes blancas y cartelas, notas de prensa y asistentes de galería, una infraestructura que es un tanto sinónimo de la crítica institucional. Cristina Garrido utiliza los materiales de forma que eleva detalles típicamente pasados por alto en la vida cotidiana. Su acumulación obsesiva de objetos corrientes ´encontrados´ y ready-mades que convierte en materiales para su arte adopta un rigor formal y estético en la forma en que colecciona, ordena y ensambla, evidente en esta exposición. Los objetos encontrados o ´readymade´ renuncian a su significado previo y asumen una identidad cambiante cuando son recontextualizados; dejan de ser una cosa para convertirse en otra. Con una aproximación casi arqueológica hacia el medio y la materia, la artista investiga cómo la tecnología ha alterado la producción artística y explora cuestiones de autoría y propiedad. Garrido está interesada en las estrategias del diseño creadas para continuar el zumbido de las apuestas, a pesar del cansancio físico. Subsecuentemente quedó fascinada por la naturaleza mínima e insubstancial de este material por las mismas razones que la llevaron a adoptar souvenirs del mundo museístico. El punto de partida es la tipografía, utilizando la forma original como guía. Los dibujos progresan sin la exposición. La artista evoca los procesos de impresión mecánica, reproduciendo eficazmente cartas obsoletas de exposiciones readymade. Interesada en la relación entre el hacer marcas pintadas a mano o de forma digital, el proceso es visible y la mano se puede detectar en la fotocopia manufacturada que sería, de otro modo, desechada como detritus. Impresa sobre cada página, una frase que denota el paso del tiempo; una lucha contra el medio de producción en masa. Descontextualizando estas imágenes de sus presentaciones convencionales, la artista desarrolla nuevas relaciones para producir lecturas desconocidas. Las superficies pueden ser leídas como imágenes, al tiempo que conservan la información de su factura. Este movimiento no trata tanto de la eliminación de los objetos como de la inclusión de las operaciones que los rodean. Transformar imágenes de un gran número de autores en un grupo de mercancías a través de la tautología material y las asociaciones formales entre lenguaje e imagen. La acumulación de Garrido no es una colección; es texto y cada objeto que colecciona es una cita. Las obras funcionan de manera similar a las piezas de un rompecabezas; un recordatorio de que todo está en estado de cambio constante. Si su función original era la de ayudar a la interpretación de un texto, aquí están desprovistas de texto y la interpretación prolifera, en un gesto indicativo del deseo de Garrido de hacer un arte que no sea auto-referencial. Las obras parecen ser idénticas en su lenguaje visual minimalista y parecen contener una colección arbitraria. La artista insiste en la repetición obstinada en la que se ha convertido en el método curatorial. Trata de investigar la originalidad de las cosas y de preguntar ¿qué es original? ¿qué es repetición? ¿Por qué todavía necesitamos el arte, y qué esperamos del arte hoy? ¿Cuál es su promesa y qué prometemos a cambio? Sin embargo, las obras son fundamentalmente una exploración de la belleza. Existe una interrogación de los modos tradicionales de evaluación cultural. Las obras se presentan como fragmentos de un todo. Toda la instalación recuerda a una partitura musical o a una secuencia basada en el tiempo, induciendo una contemplación en trance y sugiriendo algo elíptico en juego en la manufactura y circulación de bienes. Refutando la posibilidad de un solo significado, la artista invita al espectador/lector a realizar un acto creativo y componer nuevas narrativas en lugar de descifrarlas. Es precisamente en este acto en el que el centro y la unidad de las obras reside. Como texto, las obras de Garrido se convierten en párrafos de las múltiples ramas narrativas de su práctica artística. El evento no es algo que deba ser revelado, sino algo que ya es en sí mismo, aunque no sea visible y, como tal, no haya sido validado. El criminal es el artista, el detective sólo el crítico.
Primera exposición individual de Cristina Garrido (Madrid, España, 1986) en la galería Louis 21 de Palma de Mallorca
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España