A Vicente Villarrocha le gusta usar la pintura como lenguaje poético, y en ese sentido juega con las 'letras' que el 'idioma' de los trazos y los colores posibilita: pensar/pausar; pintar/pulsar; pesar/pisar...

Desde hace años propone un pretexto narrativo para titular sus exposiciones y en ésta, planeada con la cómplice colaboración de la Galería A del Arte, conjuga una suerte de 'argumentario', más que idiomático, vital.

Una fondamenta determina en Venezia -como aclara Tiziano Scarpa- una orilla transitable. Una zona de atraque para navegantes urbanos. Y Cy Twombly ('manierista' del expresionismo abstracto más ... esencial, un pintor 'raro' capaz de desplazar sobre una superficie trazos y gestos aparentemente arbitrarios y mínimos, cargando de sentido poético esas dos dimensiones que el 'lenguaje' de la pintura atesora) es para Vicente Villarrocha un lugar de referencia en el que orillar, ahora, sus pasiones.

En esta entrega (una exposición es una suerte de 'película' en la que se ordenan secuencias), Villarrocha se inventa la Fondamenta Twombly; un lugar en la Venecia que habita desde hace muchos años.

Un navigare por la propia pintura acaba en esas dos dimensiones ya transitadas. Y lo primero que hay que hacer, para volver a atravesar de nuevo los canales de la laguna hacia un nuevo lugar de atraque, es navegar sobre la pintura ya hecha. Nada nuevo, claro, pero la vida de un pintor son sus huellas (conocidas ya) y para borrarlas es imprescindible volver a trazar, o proponer, otro recorrido. Y, en esta 'película', está decididamente dirigido hacia la orilla que fundamenta la poética pintada de Cy Twombly.

Así surgen los 'versos de proximidad', frases descontextualizadas de envases cotidianos utilizados en Venecia (por eso el idioma):

El humo del cigarrillo envejece la piel. Towmbly, que pintaba con 'humo', se murió este verano.

Unas tijeras de acero son como un espejo biselado. Un espejo es una tijera acerada.

En caso de tensión arterial alta, orillar tranquilamente los canales es básico, porque el 'acqua alta' atempera la natación como deporte.

Añadir azúcar a las bebidas amargas es como falsificar papel moneda. Edulcorar es mentir a propósito.

Los sueños, pintados de vez en cuando, no se pueden vivir con otra cosa que no sea destilada: la grappa, por ejemplo.

Estas frases elegidas se han reunido para una nueva propuesta 'de lenguaje': fondamenta/orilla; fondamento/base... Y para volver, naturalmente, a pintar Venecia.

Ángel Petisme (otro veneciano) es el poeta/cómplice que se trabaja la música y la letra de esta 'película', en un encargo envenenado para dar ritmo a la narración.

Al pintor le queda encomendada la tarea de moldear la mano sobre el lienzo o el papel, de danzar en frágil equilibrio sobre los colores (y los no colores) para determinar o difuminar presencias. Lugares cargados de referencias a los signos plásticos propios, y ahora fundamentados en la presencia de Cy Twombly, que es quien da nombre a ese lugar de Venecia en el que nos encontramos.

Varias series de cuadros y dibujos que tienen como motivo el gesto de mover un lapicero, un pincel, etc., se pretextan desde esos versos de proximidad (la elección ha sido 'trabajada', si se puede decir así) y pretenden describir el sitio que ocupa en la ciudad lagunar esta Fondamenta dedicada a Twombly:

Hay dos puentes especulares cuyos peldaños se recorren como si fuesen los estantes de un mueble insustancial, para encontrar aquello que buscamos y suponemos 'en su sitio'.

La orilla del canal es de ladrillo (como casi todo), hay algún entronque de piedra y poco más. Esa superficie tonal asociada a la bandera de la ciudad y trabajada desde la representación más libérrima (siempre con 'guiños' de pintor resabiado) va a dar pie a un juego de geometría aleatoria, de gesto contenido, de trazo abstracto, expresión de un territorio 'plano' (la pintura es esencialmente plana) que nunca podrán delimitar las doradas molduras abarrocadas.

En Venecia, donde el espejo es una institución, el sueño del 'vedutista' es recortado por la tijera acerada del tiempo, y apenas se pueden recordar fragmentos, dibujos efímeros inscritos en el reflejo.

Algún otro rincón de ese sitio mágico, que es la pintura, aparece en la exposición de la que intento dar noticia, pero los cubrirá el acqua alta cualquier día, y para siempre.