Descripción de la Exposición Resulta ciertamente interesante poder escribir sobre un artista como es Robert C. Murray, que desde el año 1985, ya al filo de su graduación, consiguió dos primeros premios y tres segundos premios por la Universidad de Reseda U.S.A. California, por sus magníficos trabajos de acuarelas. En 1998-1999 estudió diseño gráfico, consiguiendo el primer lugar en la competición de diseño en Los Ángeles, con un extraordinario trabajo titulado 'Los sueños se hacen realidad'. Durante un periodo de más de doce años ha desarrollado una carrera artística siempre en alza dentro del mundo de la pintura, destacando sus pinturas en miniatura como así su excelente calidad en el dominio de las diferentes técnicas, ya sean el óleo, el pastel, el lápiz, la plumilla, la pintura en seco, las pinturas acrílicas sobre robots de metal o los simples lápices de colores, que ha presentado en diferentes convenciones, hasta el punto de convertirse en uno de los artistas más respetados no sólo en su tierra, sino en el resto de los países como hoy lo es en esta Isla que lo acoge. Robert C. Murray, nació en 1967 en Hollywood, California, convirtiéndose en un ciudadano del mundo, proyectando su espíritu creativo de tal manera que sus obras se han podido contemplar en multitud de exposiciones individuales y colectivas, obteniendo numerosos premios que han ido reconociendo y afianzando su valía como pintor. Nos encontramos, por tanto, ante un trabajador incansable, cuya vida gira en torno al fascinante mundo de la creación pictórica, considerando la perfección de la naturaleza, en su arte de crear unas puestas de sol de belleza indescriptible, utilizando y compaginando en cada una de sus obras todos los colores del arco iris; es extremadamente detallista en cuanto al perfeccionamiento de la imagen. Es imposible referirse a su obra sin destacar la profunda relación que mantiene con la tierra y el espíritu, siendo su mejor fuente de inspiración la luz. Pero es quizás en sus recorridos por la visión de los interminables lugares que ha visto, lo que ha permitido una profunda comunión entre el artista y su entorno. Para que un artista sea el mejor, no basta con poseer ingenio. Si no imprime carácter el propio artista, sus obras por mucho que se haga, siempre serán mediocres, pues la honradez es la primera condición de la estética, y en esto se ha superado nuestro protagonista, que es minucioso en la lectura de la luz, y nos hace un estudio de las sombras. Un artista que es capaz de tratar las perspectivas donde obviamente se pierden las formas de tal manera que consigue mantener la verticalidad del conjunto de sus figuras. Fundamentalmente en las obras de Robert C. Murray, el estudio que hace de la luz para reflejar los diferentes momentos de cada expresión plástica, se convierte en un auténtico artífice de las variaciones lumínicas; la modula a su antojo, la convierte en primaveral o en luz de otoño, en luz en el momento cenit de la mañana o en luz del ocaso, pero siempre una luz sutil que baña los campos, los objetos y las aguas con una delicada caricia. Nada es estridente, sino que toda su obra inspira paz, sosiego, silencio; un realismo que tiene algo evocador, de paisaje soñado, de memoria sentimental. Robert C. Murray tiene un talento que cultiva con su honestidad y practica con su depurada técnica, con la que aborda y transmite los temas que le apasionan; cualidades únicas e inherentes de los grandes maestros, entre los que se encuentra este artista al que le pronosticamos grandes éxitos en su carrera.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España