Utilizando la Inteligencia Artificial, Fontcuberta construye en ‘Florilegium’ una fabulosa flora imaginaria como la que cautivó a los exploradores del siglo XVIII en sus viajes.
Joan Fontcuberta está interesado en la fotografía de la naturaleza para llegar a la naturaleza de la fotografía. Con ese propósito ha realizado numerosos proyectos en los que plantas y vegetales han sido protagonistas, como la serie Herbarium (1982-85). Cuatro décadas después, rehace esta serie y propone nuevas especies imaginarias. Si en el primer trabajo parodiaba las fotografías de especímenes botánicos realizadas por Karl Blossfeldt, en Florilegium sustituye el collage de objetos y la fotografía convencional por las nuevas herramientas de visualización algorítmica, utilizando mecanismos de la Inteligencia Artificial (IA).
En otra vuelta de tuerca, el artista realiza una serie de paisajes con énfasis en árboles y arbustos, flores y frutos, como los que maravillaron a los exploradores embarcados a lo largo del siglo XVIII en expediciones...científicas. Solo que esa Terra Incognita ya no la hemos de limitar a lo geográfico sino que puede expandirse en el universo de los nuevos imaginarios, a la vida virtual y a la impresionante capacidad alucinatoria de las tecnologías de visualización generativa más avanzadas.
Así, el artista establece un diálogo con la exposición Una tierra prometida. Del siglo de las luces al nacimiento de la fotografía, que puede visitarse en las plantas 0 y -1 del MUN. Esta muestra desarrolla la tesis de que la curiosidad científica de la Ilustración propició la necesidad de descripciones gráficas de la naturaleza lo más literales posibles y tal afán prefiguró la mirada fotográfica. Por su parte, Fontcuberta ofrece una propuesta especulativa sobre la Ilustración científica del futuro.
Florilegium toma su título del poema homónimo de Lucrecio (De la naturaleza de las cosas, en castellano), del siglo I a. C., un tributo a Epicuro, el filósofo que fundó una escuela de pensamiento en las afueras de Atenas y la denominó “El Jardín”. A diferencia de otras academias, “El Jardín” admitía a mujeres y esclavos. En él, los pensadores epicúreos desarrollaron conceptos filosóficos como el de πρoληψις (prolepsis), las praesumptiones, anticipaciones o antecepciones, que evocan lo que serían unas imágenes-modelo o conceptos generales de las cosas, constituidos por experiencias empíricas acumuladas en nuestra memoria.
Eso es justo lo que sucede en las imágenes pretendidamente fotográficas que se presentan en el MUN. Esta es una versión actualizada de aquella escuela de pensamiento y de armonía con la naturaleza, en la que todos estamos invitados a reflexionar sobre las vicisitudes de nuestro medio ambiente y de nuestra cultura visual.
Entrada actualizada el el 26 abr de 2024
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