Descripción de la Exposición
Recordar es la única manera de detener el tiempo
Jaroslav Seifert.
La fotografía no es sólo un soporte para la imagen, es además un soporte de y para la memoria, ya que su fuerza reside en la capacidad de suspender el tiempo y centrar el espacio en un instante. El trabajo fotográfico de los tres artistas que participan en esta muestra, David Catá, Ana Gil Rodríguez y Fuco Reyes, agrupado en otras tantas series, Reminiscencias, Criptosistemas y Psicogeografías, quiere dotar de poder narrativo a lo que fue, como un flashback de algún momento del pasado físico o mental que se resiste a morir. A través de la fotografía del presente reflexionan sobre el recuerdo, el olvido, el tiempo y el espacio, como los elementos indelebles de un pasado vivido que reaparece para reivindicar la memoria como esa compleja facultad del ser humano indispensable para la construcción de la propia identidad, de la individual y también de la colectiva.
A medida que reinterpretamos nuestro pasado vamos conformando infinitas narraciones del mismo, múltiples versiones que ayudan a redefinir constantemente la identidad a partir del presente. Y, sin duda, la fotografía constituye una herramienta extraordinaria para mantener vivo el recuerdo. Usada para plasmar momentos importantes en imágenes que acabarán en el álbum fotográfico familiar como testimonio de lo que ya pasó, de lo que ya se vivió, en definitiva, para “no olvidar”, pero también utilizada, como se puede ver en esta muestra, como herramienta creativa, como un medio para construir un discurso artístico que proyecta las inquietudes más profundas del artista y que, en esta ocasión, nos conduce hacia un viaje emocional al pasado a través del recuerdo.
DAVID CATÁ (Viveiro, 1988)_Reminiscencias
El poder de evocación de los objetos personales y las fotografías de su álbum familiar le sirven como inspiración. A través de ellos reflexiona sobre el tiempo, la memoria y la forma de dilatar el proceso del olvido, valiéndose de elementos efímeros como el hielo, el hilo, los dientes de león, la sal o, como ahora, las flores. En ocasiones es su propio cuerpo el que se convierte en soporte artístico de su entorno y sus vivencias. Los cosidos y fisuras realizadas sobre su piel quieren ser una metáfora de la indisoluble simbiosis entre el paso del tiempo y el olvido. Su obra aspira a la conservación del tiempo pasado por medio de la huella memorial, corporal, fotográfica, videográfica,… Es un trabajo que va más allá de una búsqueda estética. Sus videos performáticos son un ejercicio catártico, en ellos planta cara al olvido y a la tristeza que nos deja la falta del ser querido, “haciendo carne” el sufrimiento se desprende físicamente de él de una vez por todas. Lo efímero de la vida, la huella física e inmaterial, el dolor… están estrechamente ligados a su trabajo.
Reminiscencias, la nueva serie que presentamos en esta exposición, la construye a partir del significado de las flores y su uso desde tiempos remotos. Usadas en cultos funerarios, como obsequio, como muestra de afecto u ofrenda, también perpetuadas en la historia del arte a través de creaciones del ser humano, las flores nos anclan a la memoria cultural. Muchos de los momentos que vivimos están estrechamente ligados a las flores, trayendo a nuestra memoria reminiscencias de ciertas vivencias imborrables. Las flores, tan bellas y tan efímeras. Este proyecto fotográfico reflexiona sobre la memoria y el paso del tiempo, utilizando diferentes tipos de flores como representación de importantes momentos vividos, y la semilla de diente de león, que se mece en el espacio, como metáfora del recuerdo vivo, latente en nuestra memoria. Construye para ello escenarios etéreos, volátiles, como la propia memoria, tratando a todos los elementos con un mimo y una delicadeza extrema, colocandolos en el espacio para posteriormente ser fotografiados. Aquí la fotografía se convierte en testimonio de una instalación efímera, de un tiempo para el recuerdo, en un objeto en el que preservar la memoria emocional que nos ancla a nuestro pasado.
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Vigo y Master fotográfico de Concepto y Creación en el Centro Internacional de Fotografía y Cine EFTI (Madrid), obteniendo el premio fin de estudios al mejor expediente académico. Su trabajo puede considerarse multidisciplinar, desde el empleo de la fotografía, la videocreación, la pintura y la música. Su pasión por esta última disciplina artística, lo llevó a estudiar acordeón y piano, componiendo piezas musicales inspiradas en sus proyectos plásticos, dotándolos así de banda sonora propia. Su obra ha sido expuesta en diferentes países como Camboya, México, Perú, Chile, Brasil, Alemania, Estados Unidos, o Portugal.
ANA GIL RODRÍGUEZ (Orense, 1973)_Criptosistemas
Un Criptosistema es un método secreto de escritura, mediante el cual un texto claro se transforma en un texto cifrado o criptograma. Así, el proceso de transformar un texto claro en un texto cifrado se denomina cifrado y el proceso inverso, es decir, la transformación del texto cifrado en texto claro, se denomina descifrado.
El término hogar, como foco de supervivencia, ha convertido a la familia en el elemento primordial de la existencia humana dentro del espacio privado que aquí se presenta comoCriptosistema. La familia deposita en el hogar una forma de vida propia que la lleva a preservar su intimidad y ofercer al exterior la imagen que más le interesa proyectar. La proyección de dicha estructura privada queda recogida en los álbumes de fotografías familiares, material que Ana Gil ha utilizado como punto de partida de este trabajo, especialmente mediante la selección de tomas fotográficas realizadas en estudios profesionales o en circunstancias cuyo registro se ha llevado a cabo mediante una manifiesta intencionalidad de “posado familiar”. La documentación emocional que suponen los tradicionales álbumes de fotos, poseen siempre una carga de memoria desvirtuada por el paso del tiempo, donde los protagonistas se reconocen a partir de la sensación de pérdida, como relato oxidado precisamente por la evidencia y excesiva presencia del “método”: poses, disimulos, simulacros ante la cámara.
El cifrado y descifrado de la estructura familiar se presenta como un estricto criptosistema en su sentido más literal, por lo que tiene de construcción bajo la que se ocultan latentes un rosario de dependencias, responsabilidades y deudas emocionales encriptadas ante el espacio exterior. En mayor o menor medida, a través de esta serie, la artista ha intentado establecer una reflexión en torno a la ficción oculta bajo la representación del hogar como espacio de sosiego y protección, y lo hace a través de la mirada de los elementos más vulnerables como son, en este caso, los niños. Tras poses claramente inducidas, con sus juguetes habituales como señal de inocencia o felicidad, se ocultan, a modo de trampa, miradas inquietas, desconfiadas o ignorantes, inmersas en un contexto arquitectónico amenazante a veces, ruinoso en otras ocasiones, pero siempre caracterizado por su opacidad y sus señoriales indicaciones de dominio.
Ana Gil Rodríguez obtiene la licenciatura de filología hispánica en Santiago de Compostela y se forma durante años en danza contemporánea. Se desplaza a Madrid para especializar los estudios de la licenciatura en vanguardía artística y literaria. Tras el descubrimiento de la escultura y la fotografía como lenguaje artístico, cursa estudios de Doctorado en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, formando parte del grupo de investigación ES2. En julio de 2012 defiende su tesis doctoral en el departamento de Escultura de la Universidad de Vigo, en la cual recoje la idea del simulacro en el hogar como engañoso espacio de protección, obteniendo el título de doctora. Sus comienzos la vinculan con la realización de propuestas enmarcadas dentro del denominado ”arte efímero”, a través de diversas intervenciones en el medio natural o la práctica del género de la performance en diferentes muestras como Chámalle X (2006) o el Ciclo Arte no Parque (2007), en el Centro Galego de Arte Contemporáneo. Ha participado en diversas muestras relacionadas con planteamientos feministas como Fem Art en Barcelona (2006) o Voilá la Femme (2009).
FUCO REYES (Santiago, 1965)_Psicogeografías
La psicogeografía puede definirse como el estudio del efecto que causan determinados espacios o lugares sobre sobre el individuo y de cómo las diferentes sociedades perciben y responden emocionalmente a dichos espacios y lugares. Fuco Reyes se sumerge en los vestigios de un pasado encapsulado en el tiempo para acompañarnos en un recorrido emocional por un edificio emblemático, y a la vez poco conocido en sus entrañas, de la ciudad de Santiago. Se trata de un escenario con una historia fascinante que acogió el antiguo Estudio Viejo de Santiago, precedente y fundamento de la Universidad de Santiago de Compostela. Entre 1620 y 1770 dicho edificio fue la sede del Colegio de los Irlandeses, creado con el fin de preparar al joven clero para el sacerdocio que había tenido que huir de Irlanda por la persecución que la reina Isabel I de Inglaterra ejercía contra el catolicismo. En 1774, tras el destierro de los jesuitas por Carlos III, se vende en subasta y es adquirida posteriormente por José Varela Cadaval, Conde de Ramirás quien construye sobre las ruinas del colegio una casa-pazo. En 1905 pasa a ser propiedad de un importante industrial del sector de los curtidos. En la actualidad, aunque deshabitada, sigue en propiedad de la familia y está pendiente de un importante proyecto de reforma.
Fuco Reyes busca ese límite que transita entre la realidad y lo imaginado. Traza un territorio propio en ese espacio intermedio que hay entre la lente de la cámara y el espacio referencial en el que se disuelven las fronteras entre lo imaginario y lo real. Las fotografías que surgen de ese territorio ocultan la apariencia, deshacen el motivo entre una capa de forma y otra poética; quizás para cuestionar, exponer un misterio insondable o imaginar un enigma por resolver. Construyen realidades sin libros de instrucciones; interrogan el tiempo y el espacio para intentar acceder a territorios de la extrema interioridad, a lugares que son y no. Imágenes que habitan un tiempo cero, fantasmáticas, que se disuelven en esa consciencia de habitar una imagen que nunca ha llegado a crearse.
La puerta se abre y un sonido de pasos se aleja por el quicio. Me asomo al pasillo y lo recorro persiguiendo el eco de unas notas perdidas de un piano. Una sombra se escurre detrás de esa cortina y el movimiento en el aire me susurra algunas palabras que no consigo distinguir de mi propio pensamiento. Unas miradas sin rostro me observan sobre unas butacas raídas desde otro tiempo. Las veo de reojo, cuestionando mi presencia en este lugar. Preguntan mi nombre y mi historia ya ni me acuerdo quien soy. Me invitan a sentarme con ellas, a desvanecerme en la historia y así volverme visible para esta casa que posa desafiante.
Licenciado en Psicología Social por la Universidad de Santiago de Compostela, ejerce como sicólogo especialista en Psicología Clínica. Es Graduado en Ciencias de la Comunicación, también en la Universidad de Santiago de Compostela y Diplomado en Fotografía Artística Contemporánea. Es Presidente de la Asociación Cultural Fotoforum Compostela y miembro de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España. Ha sido galardonado en numerosas ocasiones con importantes premios, entre ellos varios Lux de Oro, y ha participado en PhotoEspaña en reiteradas ocasiones.
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