Descripción de la Exposición
Volar: moverse por el aire. Levantar el vuelo: marchar. Emprender el vuelo: migrar, abandonar el hogar, dejar el nido, aventurarse a vivir más allá de lo conocido. Fiona Morrison reflexiona sobre estos conceptos observando el vuelo de los pájaros. Pone el énfasis en la importancia de sus vidas frágiles en un planeta que el ser humano está destruyendo, a la vez que los convierte en metáfora de los movimientos migratorios de la humanidad y de la idea, cada vez más extendida, de la no pertenencia a ningún sitio en exclusiva. Esta idea profundiza en la reflexión sobre la idea del “lugar”, y que, junto con la idea del paso del tiempo, han recorrido su obra de manera transversal y desde los inicios. Una obra que desborda todas las disciplinas, de la pintura a la instalación, de la fotografía al vídeo, ya que Fiona Morrison ha utilizado siempre el medio adecuado para expresar mejor la idea que quiere transmitir. La idea del paso del tiempo, y de qué manera ese transcurrir se impregna en los lugares y en las personas que los habitan -definitivamente o en tránsito - ha sido siempre una constante de su obra. Este tema fue el protagonista del vídeo Two Walks, que en 2014 fue proyectado en la Bienal de Venecia, en la que Fiona Morrison estuvo en representación de Andorra. El vídeo reproduce el paseo por un bosque de una abuela con su nieta; dos mujeres con una proximidad consanguínea y espacial, pero separadas por los años. Two Walks es una vanitas en movimiento: el tiempo pasa de manera inexorable para todos los seres vivos. La vida es frágil y breve, nuestro tránsito por el mundo y por la vida es efímero, pero si vamos más allá de lo concreto, nos damos cuenta que es eterno, porque todo empieza y acaba una y otra, y así hasta la eternidad. Las obras que presentamos en la exposición El vuelo, nos remiten también a la idea de vestigio. Las plumas de la instalación Once upon a feather se convierten en rastros de vida y de paso por el mundo, en testigos de la mutación y del cambio. Como también lo son las cerámicas blancas de la serie Trofeos, realizadas durante el confinamiento de la primavera de 2020 y que también son las protagonistas de una serie fotográfica. Estas piezas de cerámica nos hacen pensar inevitablemente en la obra de Edmund de Waal y sobre todo en el libro El oro blanco, historia de una obsesión, en el que describe los diferentes orígenes de la porcelana, el material al que ha dedicado toda su vida. Las cerámicas de Morrison se refieren tanto a la fragilidad de la vida humana como a la idea de contingencia.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España