Solana ha llamado a su muestra Filigranas, en su doble significado de marca, señal, huella,-su señal y su huella- y la referencia a esas “joyas unidas y soldadas con mucha perfección y delicadeza”. Y la marca de las obras que nos presenta es ese juego permanente de fusión y contraste de líneas o blancos en constante desplazamiento en un magma de colores que hacen de la vitalidad y el movimiento la clave de su presencia plástica.
Hay en sus pinturas algo que nos recuerda esos juegos de figura/fondo llevados ahora a este otro, de constante ambigüedad alucinatoria entre figuración/abstracción donde la gran protagonista en manchas, colores potentes, recorridos afiligranados, arroyos, vertientes, ¿nervios?, es la Naturaleza. Y recordemos que physis en su primitiva acepción designaba tanto la acción de brotar, crecer, nacer como el resultado de ese proceso. Y ésas son las imágenes de nuestra artista,...que presenta de manera intuitiva en ese encadenado de planos de color en el límite de su plenitud, aquella concepción del crecimiento vegetal.
Es como si en sus obras se hubiesen transmutado los significados, convirtiéndose la pintura en naturaleza y la naturaleza en pintura tal como lo hace esa confusión iluminadora de la frase de Ficino. Hay algo más: Solana se fascina con su objeto de visión dándole su impronta pero también –arriesgamos- su pintura es imagen, de alguna manera, del reclamo y la melancolía de los versos de Schiller
Entrada actualizada el el 04 feb de 2019
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