Descripción de la Exposición
Mayoral presenta una exposición de seis mujeres artistas que forman parte de una generación sumergida bajo una trama humana y tecnológica en red, que tienen la necesidad de explicarnos el presente —qué sucede, cómo sucede y por qué sucede— y que, a la vez, se inspiran en el presente para perturbar esta realidad y crear otra distinta. La muestra cuenta con la colaboración de Juan Llano Borbolla, quien ha escrito el ensayo. Él se basa en la concepción de McKenzie Wark, según la cual hackear es «trabajar con información ya dada para generar nuevas abstracciones y actualizar nuevas virtualidades». Por lo tanto, las artistas hacker reinterpretan, reutilizan y reciclan conceptos existentes, utilizan la red, la identidad y también la mezcla, lo cool o lo «cuqui», entre muchos otros elementos, para desarrollar la figuración hacker. Vanessa Morata (Málaga, 1992) revisa un icónico collage de Richard Hamilton de 1956, en el que el artista utilizaba las ilustraciones de las revistas estadounidenses de la época para manifestar una lectura irónica e hiriente del maravilloso American way of life. En el caso de Morata, usa los TV-tropes infantiles y juveniles y, muchas veces, los motivos más cute del arte contemporáneo para preguntarse lo mismo que se cuestionaban algunos artistas pop a mediados de los años cincuenta del siglo XX: ¿de verdad todo esto nos hace tan diferentes, tan atractivos? ¿Está en la acumulación cultural el elixir de la felicidad? Adriana Oliver (Barcelona, 1990) también parte del imaginario del cine popular norteamericano de los cincuenta y sesenta para hacernos reflexionar sobre la incierta calidad de los valores de la sociedad norteamericana. Tanto en la escultura Maternity como en las dos pinturas, sus personajes sin ojos, cegados, podrían representar el rechazo absoluto a los estereotipos sociales, raciales y sexistas que hemos venido arrastrando con el cine clásico. Llano observa: «El hackeo del aparataje hollywoodiense le facilita a Adriana la oportunidad de insuflar en estos personajes, aparentemente tan fríos, una energía renovadora con vocación fuertemente ética». Una artista muy hacker es Ira Torres (Zaragoza, 1991), que presenta un tríptico con su punzante imaginario donde clama por destruir los estereotipos sexistas en su línea más icónica y narrativa. Sol Felpeto (Venezuela, 1990) vincula lo más representativo del arte y la cultura popular contemporánea con los animales, de tal manera que ellos son los que reescriben la historia. De este modo, en Spidercat vs. Mysterio and the Green Goblin los gatitos son la representación gráfica de una actitud pro ética animal. Por su lado, Gala Knörr (Vitoria, 1984) es una artista de potente pincelada y color intenso, que utiliza internet para crear su iconografía. En Old Town, como en la mayoría de su producción, expresa la necesidad de visibilidad de los posicionamientos y/o las prácticas sociales, políticas, culturales o estéticas que, de alguna manera, se presentan ensombrecidos en el universo digital. Finalmente, Ela Fidalgo (Palma de Mallorca, 1993) —con unas obras de factura próxima a los trabajos artesanales en los que se mezclan bordados, acrílicos, óleo, ceras y telas— presenta cuerpos desnudos, imperfectos, defectuosos, disidentes respecto al canon social, que sirven para abrir una profunda reflexión en torno al poder que ejerce la máquina sobre nuestros cuerpos y sobre nosotros mismos. Como nos hace ver Juan Llano: «La artista expresa una desconfianza absoluta en los planteamientos del transhumanismo y emprende un camino ético que va desde lo cíborg a lo puro humano
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España