Descripción de la Exposición
“¿Que era, pues, la vida? Era calor, calor producido por un fenómeno sin sustancia propia que conservaba la forma: era una fiebre de la materia que acompañaba el proceso de la descomposición y la recomposición incesante de moléculas…”. Thomas Mann, La montaña mágica, 1924.
El Dispensario Antituberculoso (Sert-Subirana-Torres Clavé, 1933-37) es un edificio emblemático de la vanguardia funcionalista en Barcelona, con Josep Lluis Sert (1901-1983) como su principal impulsor local. Es también una de las realizaciones programáticas del GATEPAC y símbolo de las políticas sanitarias progresistas de la era de la República. Y es, además, la primera intervención urbanística en la regeneración del Raval, según los principios del higienismo racionalista. En 1932, la revista AC, del GATEPAC, había dedicado un número al barrio en que se denunciaban su insalubridad y su endémica condición de bajos fondos de Barcelona, una suerte de enfermedad crónica en el tejido de la ciudad antigua. Retrospectivamente, se puede identificar en este edificio el arranque de un largo proceso de reforma del Raval que será determinante sobre todo a partir de los años 1980 y cuyo impulso regenerador o “curativo” aún persiste hoy.
Con el declive de la incidencia de la tuberculosis a partir de los años 1950, el uso del edificio se fue orientando a las funciones de ambulatorio. En los años 1980 el dispensario se integró en la nueva red de centros sanitarios de la administración catalana. Representaba un legado histórico de progreso que adquiría un nuevo valor tras la dictadura de Franco y en el contexto de la “reconstrucción de Barcelona” (Oriol Bohigas, 1985).
En 1982, se realizó una primera reforma en que intervino el propio Sert, que había vuelto de Estados Unidos en la década anterior y fallecería al año siguiente. Su arquitecto colaborador fue Mario Corea, que también formó parte del equipo que se encargó de la rehabilitación posterior, entre 1990 y 1993 (arquitectos Corea-Gallardo-Mannino). El objetivo de esa intervención era adaptarlo a las funciones de Centro de Asistencia Primaria, que el edificio cumple desde entonces: el CAP Raval Nord o CAP Dr. Lluis Sayé, renombrado en homenaje al célebre tisiólogo barcelonés.
Esa rehabilitación era parte del plan “Del Liceo al Seminario” (Clotet/Tusquets/Bassó, 1981), un conjunto de actuaciones urbanísticas que determinaría la evolución del Raval hacia una zona de nueva centralidad, en donde las instituciones culturales serían instrumentos de regeneración urbana. El plan tenía su centro en el gran polo constituido por el CCCB y el MACBA, erigido en el emplazamiento de la antigua Casa de la Caridad. El momento culminante de la reforma tuvo lugar en el contexto de las operaciones urbanísticas de los Juegos Olímpicos de 1992.
En 1993, Gregori Civera, entonces un joven fotógrafo recién graduado, realizó algunas fotografías del Dispensario Antituberculoso para la monografía que estaba realizando Antonio Pizza (Colegio de Arquitectos de Almería, 1993), coincidiendo con el final de la rehabilitación. Civera también hizo entonces el seguimiento de las obras de construcción del MACBA, que finalizaron en 1995.
Dos décadas más tarde, hacia 2016, se realizaron obras menores de mantenimiento en el edificio. En ese momento, Jorge Ribalta lo estuvo fotografiando. Su interés formaba parte de una serie de proyectos sobre la evolución urbanística de la ciudad, iniciados en 2005, una representación crítica de la situación de Barcelona en la era posterior al Fórum 2004, un evento que el artista ha interpretado como el final simbólico de la Barcelona de Cerdà. Varias de sus series están realizadas en el Raval. Su serie sobre el Dispensario Antituberculoso (2015-17) es una reflexión sobre el origen de la arquitectura moderna y su relación con las lógicas de higienización. Está influido en parte por el trabajo de Beatriz Colomina, que argumenta que la lucha contra la tuberculosis fue determinante en la forma e ideología de la arquitectura moderna, en tanto que da lugar a la búsqueda de luz y ventilación en los edificios como idea rectora (Colomina, Arquitectura de rayos X, 2019). La modernidad da forma a un concepto de salud y de moral: el triunfo del bien sobre el mal.
Civera empezó a fotografiar el Antituberculoso en 2024. Su interés está determinado por el previsible cambio de uso futuro del edificio y se enmarca en un seguimiento más amplio de la reforma del entorno de la plaza dels Angels, iniciada a final de 2024 y que se prolongará hasta 2027. Esta operación continúa y posiblemente termina el plan “Del Liceo al Seminario”.
La aspiración a representar aspectos de la actual coyuntura histórica de Barcelona, la tensión entre lo que se acaba y lo que está a punto de comenzar, es lo que reúne a Civera y Ribalta en esta observación del Dispensario Antituberculoso. Su confluencia ha sido en gran medida casual. Han fotografiado respectivamente el edificio en diferentes momentos y completamente al margen el uno del otro. Aunque la lógica de sus respectivos enfoques es muy diferente, ambos coinciden en una fotografía fiel a la materialidad y vida pública del edificio, lejos de las imágenes idealizadas que dominan las representaciones de la arquitectura.
Gregori Civera (La Coruña, 1971) es especialista en fotografía arquitectónica y editorial. En su trabajo destaca el seguimiento de la nueva arquitectura emblemática en la Barcelona posterior al Fórum de las Culturas 2004. Entre 2013 y 2014, hizo un reportaje para la revista italiana ‘’Ottagono’’ sobre los nuevos edificios de autores internacionales que surgían en zonas de nueva centralidad del área metropolitana de Barcelona. Es el fotógrafo del estudio Ricardo Bofill desde hace más de dos décadas. Gregori Civera ha formado parte de la exposición: Una ciudad desconocida bajo la niebla. Nuevas imágenes de la Barcelona de los barrios, comisariada por Jorge Ribalta para el MACBA, Barcelona y que forma parte del Plan de Barrios 2021-2024. Entre los artistas que forman parte de la exposición destacamos: Jeff Wall, Martha Rosler, Manolo Laguillo, Pedro G. Romero o Mabel Palacín.
Jorge Ribalta (Barcelona, 1963) busca insertarse en la tradición del documental reinventado, que desmonta y abandona el mito moderno de la fotografía como medio transparente y lenguaje universal, y hace evidente su inserción dentro de las relaciones de poder. El objetivo de su trabajo es producir una representación del trabajo en el campo donde él opera, es decir el campo de las instituciones culturales. Es Premio Nacional de Fotografia 2024. Recientemente, destacan sus exposiciones: Todo es verdad. Ficciones y documentos en la Fundación Mapfre y en el Museo de la Universidad de Navarra (2021-2022) y en la Fundación Botín donde mostró el proyecto Variaciones Güell (2023). También ha expuesto en instituciones como Württembergischer Kunstverein, MOMA, Palais de Tokyo, Fundació La Caixa, MACBA, Museo Reina Sofía o en la Rotterdam Photography Biennial, entre otras. Con un largo recorrido como comisario de fotografía, en 2024 ha llevado a cabo para el MACBA y el Pla de barris la exposición Una ciudad desconocida bajo la niebla. Nuevas imágenes de la Barcelona de los barrios.
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