Si, como define la Real Academia Española de la Lengua, la amistad es "afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato", no tengo miedo alguno a equivocarme si me considero amigo de Fernando González. En lo personal, es hombre de mirada penetrante, observador innato, analista fino y juicioso de personas, personajes y personajillos, muy agudo, sencillo y prudente en el trato, genuino, figura de artista, habla de artista, puro y con mayúsculas, humanista de gentes y de gestos, de pensamientos, de palabras, de hechos y de acciones, en especial con los más desfavorecidos; pintor de las luces y de las sombras, de alegrías y tristezas, de dichas y desdichas, de óleos y de acuarelas pero, por encima de todo, pintor artista de los pies a la cabeza y pintor por la gracia de Dios.
Calidad de su extensa obra que desde el...año 1997 vienen reconociendo en países como Estados Unidos de Norteamérica, donde Fernando González expuso, con gran éxito de crítica y de público, en la Galería de Arte "Ferris State University", además de impartir durante su estancia diversas conferencias y clases magistrales.
Tanto en ese país como en muy diversos lugares de España (Madrid, Sevilla, Zaragoza, Palma de Mallorca, etc.), sintieron que contemplar sus obras no es un mero placer para la vista, sino mucho, mucho más. Su poderosa y vibrante luz, su pincelada larga y suelta, su profundidad y el empeño personal del artista hacen, en conjunto, que entendidos en arte y público en general hayan percibido como penetra el efecto de la belleza de las obras de Fernando González en sus emociones más profundas, en su piel, en su mirada, en sus gestos y en su actitud ante la vida, pues, como dijo Leonardo Da Vinci "todo nuestro conocimiento tiene su origen en nuestras percepciones".
Sirvan estas líneas para unirme a tales opiniones, que como amante de la pintura artística comparto plenamente. Y sirvan, al mismo tiempo, para agradecer sinceramente a Fernando González la entrega y dedicación que viene poniendo en su trabajo durante los últimos sesenta años. Gracias, maestro Fernando González por permitirnos disfrutar, con el cuerpo y con el espíritu, de su particular arte, proyección directa de un don, tan innato como fundamentado en el cuidado de una depurada técnica.
Su arte proyecta su honestidad, pundonor, autoexigencia, sinceridad y capacidad de superación. La luz de sus obras no es algo óptico, ni físico, ni responde solo a habilidades técnicas, es la proyección mediante el pincel de la nobleza de su corazón y de la pureza de su original personalidad. La figura de Fernando González combina, de modo inmejorable y ejemplar, el profundo conocimiento de los temas, sus colores, sus olores, sus sentimientos, sus emociones, sus alegrías y tristezas, junto con el perfil de un artista de corte marcadamente universal que, como evidencia esta exposición, domina una amplia gama de motivos, estilos y técnicas.
Andrés Navarro Galera
Catedrático de Universidad
Entrada actualizada el el 21 mar de 2016
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
