Descripción de la Exposición
Tras una crisis económica, el cambio climático, una pandemia mundial y varias guerras, nos va quedando claro que el final feliz que nos enseñaron a creer no será el de nuestra historia. Sin embargo, esa felicidad que nos prometieron sigue siendo el objetivo para la generación millenial y posteriores, y conseguirla, una responsabilidad que siempre parece a nuestro alcance. La felicidad está ahí, sólo debemos encajar en ella cambiando, por ejemplo, las formas en las que usamos nuestros cuerpos, lo que comemos, lo que consumimos, las maneras en las que nos comunicamos… Se puede ser disidente de muchas cosas, pero es difícil escapar de ese ideal de vida llamado felicidad porque… ¿Quién quiere estar triste?
Felices para siempre es una exposición que piensa con un grupo de artistas sobre los andamios conceptuales de un sistema que concibe la felicidad como un deber o una imposición. Con una atención especial al cuerpo, las prácticas de Teresa Lanceta, Ana Prvački, Shana Moulton e Ivana de Vivanco se dan la mano en esta muestra para hilvanar un universo semántico que pone en duda la existencia de una visión uniforme de la felicidad.
Un acto realizado generalmente por mujeres como tejer se convierte, en la práctica de Teresa Lanceta, en una forma de resistencia contra el sistema de producción occidental en tanto que se aleja de lo premeditado, entendiendo el error como un elemento más con el que dialogar. Al tejer, el tiempo se impregna tanto en el cuerpo del que teje como en el tapiz que se crea; de alguna manera se descontrola, se vuelve elástico e íntimo. Con esta forma de entender la relación cuerpo / tiempo / objeto dentro de un sistema de producción, Lanceta se rebela tejiendo contra el ideal de optimización y explotación que administra el modo de hacer occidental, planteando una felicidad que se aproxima al hacer y no tanto al consumir.
Coincidiendo con su exposición individual en el MACBA, el cuerpo de trabajo presentado en esta exposición pone énfasis en algunos motivos que Lanceta presenta en sus tapices, como los círculos y las formas exentas, encontrando conexiones en el color y la geometría. Por lo tanto, no se centra tanto en una etapa concreta de su hacer como artista sino en una forma de entender el tejer como una inquietud constante que se rebela poco a poco.
Del tejido navegamos hacia la pintura de la mano de Ivana de Vivanco, introduciendo el medio de representación artístico con el que el discurso hegemónico siempre se ha sentido más cómodo. Sus retratos beben de la tradición figurativa barroca para presentar escenas inquietantes tan incómodas en su contenido como bellas y coloridas en su forma. Sus personajes centrales no parecen disfrutar de ser representados. Sus cuerpos parecen estar atrapados por la pintura, sus gestos son aprendidos, sus poses resultan artificiales y sus miradas se clavan en las nuestras angustiadas por el esfuerzo de parecer contentas.
El trabajo de Ana Prvački presenta una serie de vídeos que apelan más directamente a la empatía del visitante al presentarse en un formato con el que estamos extremadamente familiarizados. Presentando una selección de vídeos comisionados para la Bienal de Gwanju, la artista juega irónicamente con la estética de la publicidad que inunda nuestras vidas a través de las redes sociales, para presentar una serie de productos imaginarios que manifiestan la estupidez de las necesidades creadas por la sociedad capitalista. En Multimask, Energetic Tickle y The Splash Zone, la artista fantasea con objetos que pueden suplir las carencias afectivas producidas por las restricciones de la pandemia, un momento en el que los cuerpos quedaron aislados y la tecnología se convirtió en la única forma posible de construir vínculos entre ellos.
En una línea similar, la práctica de Shana Moulton navega por este universo de bienestar y cuidado que el régimen de la felicidad impone a nuestros cuerpos: bebidas detox, pilates, minerales curativos, rutinas de ejercicio, skincare… Sin embargo, dentro de todo este ritual para alcanzar el bienestar, el trabajo de Moulton pone el acento en la frustración y la ansiedad producidas por la ausencia de significado y por la pérdida de espiritualidad de un sistema que entiende el cuerpo como un objeto más al que mantener, producir y mejorar.
En la instalación Waterfall of Grief encontramos a Cynthia, un alter-ego de la artista presente en muchas de sus obras y que encarna a esa mujer obsesionada con alcanzar el bienestar. Las pupilas de Cynthia se han convertido en dos relojes y de sus ojos brota una cascada de lágrimas fruto de la ansiedad de una vida en la que nunca se llega a tiempo. Bajo esta catarata observamos el cuerpo de Cynthia que baila bajo sus lágrimas con cierta alegría, por primera vez está en contacto real con la fisicalidad de su cuerpo, es tocada por él, aunque sea a través del llanto. Por otro lado, la serie de collages que forman parte de la muestra están realizados con recortes de catálogos publicitarios que la artista recompone creando composiciones poéticas y espirituales con un aire surrealista muy similar a sus instalaciones de video. La pieza hinchable untitled nace originalmente de un proyecto realizado con Paul McCarthy en el que construían un observatorio astrológico en una reserva natural en Wyoming. Los símbolos que encontramos en la parte superior de la pieza provienen de una pulsera encontrada en Oakhurst, California la ciudad natal de Moulton y originalmente fueron concebidas como pegatinas para cubrir un coche en dicho observatorio. En esta pieza, dichos símbolos de carácter astrológico-místico pero también publicitario cambian para situarse bajo la falda de un personaje del que surgen unas piernas hinchables. Esta falda puede ser a su vez un paracaídas de una especie de mujer-alíen que aterriza en la tierra, confundida, pero ya influida por los códigos de un mundo lleno de objetivos que cumplir.
A través del trabajo de estas cuatro artistas, la exposición se asoma a las manifestaciones más cotidianas de la felicidad para enfrentarlas con la realidad de su propia representación. De esta manera, trata de analizar sus recovecos y su tradicional alianza con valores positivos. Si la historia nos ha enseñado que algo es bueno cuando nos hace felices, tal vez es el momento de analizar cómo este concepto ha sido utilizado para convertir lo convencional en algo universalmente bueno. ¿Qué injusticias o violencias han sido ocultadas por esta idea de felicidad? ¿Es la felicidad un sentimiento colectivo o sólo una estrategia para perpetuar el privilegio de unos pocos?
Felices para siempre aspira a pensar críticamente en nuestro derecho a desafiar la idea hegemónica de felicidad a través de la práctica de la tristeza o la rabia, dando a estas emociones un nuevo ángulo desde el que, tal vez, ser capaces de empatizar. En un presente que nos golpea constantemente, puede que haya llegado el momento de buscar nuevas formas de estar con el mundo, de existir con los demás practicando felicidades más abiertas que, tal vez, algún día podamos alcanzar.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España