Las redes sociales se han convertido en uno de los principales canales para relacionarnos dentro de nuestra sociedad, con una potencia tal que influye, entre otras cosas, en la forma en la que nos mostramos y también cómo miramos al mundo que nos rodea. Somos consumidores y productores de imágenes, que buscamos y recolectamos para Feed the Feed.
Esta influencia de la red nos acerca a las modas, los objetos y conceptos socialmente aceptados como bonitos y por tanto merecedores de un lugar dentro de nuestro feed. Pero incluso siendo bellas, existen tendencias en la forma de agrupar los objetos para capturar la imagen perfecta.
Incluso cuando la imagen o la realidad no es la adecuada, el uso de los filtros para dignificar algunas realidades que por sí solas no nos gustan porque no responder a los cánones de belleza del momento.
Los protagonistas comunes de las fotos son muy diversos, como por...ejemplo la comida, que se ha vuelto un personaje más dentro de las redes, o nosotros mismos, cuando proyectamos nuestro yo ideal a través de los selfies.
Esta idealización en la búsqueda de imágenes nos lleva también a lugares más oscuros como la soledad o la no desconexión de las redes, ni siquiera en los pocos momentos que tenemos para descansar, estando siempre alerta para capturar o posar para una buena foto.
Afortunadamente, aún nos quedan los últimos reductos de nuestras vidas que nos negamos a compartir, la resistencia, aquellos momentos íntimos que no inmortalizamos, sino que simplemente vivimos intensa y conscientemente y que atesoraremos únicamente en nuestros recuerdos.
Entrada actualizada el el 14 mar de 2022
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