Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Las 52 obras reunidas en la exposición abarcan temas que proceden de la historia sagrada, la mitología o el mundo antiguo, en un afán por describir la originalidad que Velázquez alcanzó en los mismos, su extraordinaria versatilidad técnica y la evolución de su arte en las más de cuatro décadas de su carrera. Para ello, las 28 obras de Velázquez se enfrentan con otras 24 de artistas diferentes describiendo de manera general la respuesta del artista a los estímulos creativos externos. Entre estas últimas, figuran sendas esculturas de Martínez Montañés y Gregorio Fernández, pinturas de autores anteriores como Tiziano y Caravaggio, obras de los grandes artistas españoles de su generación y la anterior, como el Greco, Ribera y Zurbarán; y piezas de los principales pintores extranjeros en activo cuya obra conoció y en algún caso le influyó como el flamenco Rubens, los franceses Poussin y Claudio de Lorena o los italianos Guercino, Guido Reni o Máximo Stanzione.
“Fábulas de Velázquez: Mitología e Historia Sagrada en el Siglo de Oro” reúne 28 obras de Velázquez junto a otras 24 de diecisiete artistas diferentes que permitirán al público apreciar el contexto creativo en el que el sevillano realizó algunas de las pinturas más significativas de su carrera. Entre las obras de Velázquez que pueden admirarse en la exposición se incluyen 12 préstamos, como la Venus del espejo, procedente de la National Gallery de Londres, una de las obras más emblemáticas del artista que se conserva fuera de España. La exposición incluye también otros importantes préstamos de obras de otros autores. Comisario: Javier Portús
La selección velazqueña está formada por las composiciones de Velázquez de carácter sagrado o mitológico que conserva el Prado, junto a otras importantes pinturas del artista como Cristo en casa de Marta y María, Inmaculada Concepción y San Juan Evangelista, de la National Gallery de Londres; San Pablo del MNAC; La cena en Emaús, de Dublín; La túnica de José de El Escorial (que se podrá ver junto a La fragua de Vulcano); o La tentación de Santo Tomás, de Orihuela.
Entre las obras de otros autores presentes en la muestra cabe destacar El triunfo de David de Poussin, San Juan Bautista de Martínez Montañés; José y la mujer de Putifar de Guido Reni; Demócrito de Ribera; Inmaculada Concepción de Alonso Cano; o Heráclito de Rubens.
Con esta propuesta, en la que las obras velazqueñas comparten protagonismo con las de los grandes artistas que fueron para él no sólo fuente de inspiración sino también un punto de partida del que distinguirse, el público podrá advertir como las obras de Velázquez difieren en su tratamiento pictórico de las de artistas anteriores e incluso contemporáneos suyos a pesar de las similitudes. Para ello, algunas de sus obras más representativas se muestran emparejadas con las de otros grandes artistas de temática similar, como Los borrachos y Joven con cesto de frutas de Caravaggio, la Venus del espejo y Las tres Gracias de Rubens, o Cristo crucificado y el Cristo yacente del escultor Gregorio Hernández.
Secciones
Articulada a través de un criterio temático y cronológico, la exposición se divide en 7 secciones que permiten apreciar la evolución del arte de Velázquez:
La primera sección denominada “Sevilla: religión y vida cotidiana” presenta la pintura religiosa que Velázquez realizó antes de su asentamiento definitivo en la corte, en 1623. Las obras incluidas en este apartado muestran cómo el artista, ya desde los inicios de su carrera, tuvo la voluntad de distinguirse y de alejarse de las fórmulas habituales de la iconografía religiosa, complicando la lectura de sus composiciones o introduciendo en ellas elementos ajenos a la narración, como los retratos familiares que forman La Adoración de los Magos.
El siguiente apartado, “Mitología y realidad: Los borrachos”, tiene como protagonista este cuadro de tema báquico en el que Velázquez demostró hasta qué punto el naturalismo fue un lenguaje apropiado para construir narraciones mitológicas y traducirlas en términos de cotidianeidad.
Bajo el epígrafe “El horizonte romano” se enmarca la tercera sección de la muestra en la que se incluyen los dos grandes cuadros de “historia” que realizó durante su primer viaje a Italia. Tanto “La fragua de Vulcano” como “La túnica de José” nos muestran los avances del pintor en la representación verídica del espacio, y cómo fue capaz de enfrentarse a problemas expresivos y formales similares a los que preocupaban a los principales artistas activos en Italia, ofreciendo, como siempre, una solución personal a los mismos.
“Devoción y meditación”, la tercera sección, relata los años posteriores a la vuelta de Velázquez de Italia cuando realizó cuatro grandes obras religiosas, alguna de las cuales constituye una cumbre de la historia de la pintura devocional, como Cristo crucificado. Velázquez quiso a través de estos cuadros no tanto narrar una historia como transmitir un sentimiento religioso y propiciar la reflexión.
Las dos siguientes secciones de la exposición “El desnudo” y “La filosofía y la historia” reúnen obras realizadas en su mayoría a partir de mediados de la década de los treinta. En ese momento Velázquez formuló el que sería su estilo definitivo, caracterizado por la reivindicación radical de los valores cromáticos. Para la definición de su estética fue muy importante el conocimiento de la pintura veneciana y de las obras de Rubens, que son también las dos presencias más importantes en dos secciones. Se podrán contemplar frente a frente los desnudos femenino y masculino de La Venus del espejo y Marte que, a pesar de su proximidad desde un punto de vista cronológico, difieren notablemente en su tratamiento pictórico Como se verá, la comparación entre ambas constituye un medio extraordinariamente valioso para advertir la versatilidad técnica de Velázquez.
Finalmente, en la última sección, “La narración”, se presentarán algunas de las más sofisticadas y ambiciosas obras de Velázquez, desde los puntos de vista formal y narrativo, entre ellas Las Hilanderas y Las Meninas, aunque ésta última no va a estar físicamente en el recinto de la exposición sino que permanecerá en la gran sala basilical en la que se ubica dentro de la colección permanente del Museo. Aunque se trata de un retrato, la exposición quiere llamar la atención sobre Las Meninas porque al igual que en Las hilanderas, en esta obra se da una reflexión sobre el espacio de representación y una voluntad de crear una tensión narrativa entre los distintos planos espaciales que culmina los experimentos iniciados en Sevilla.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España