Experimentos con el paisaje

Exposición / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Monasterio de la Cartuja - Avda. Américo Vespucio, 2 / Sevilla, España
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Cuándo:
01 jun de 2021 - 03 oct de 2021

Inauguración:
01 jun de 2021

Precio:
Entrada gratuita

Comisariada por:
Iván de la Torre Amerighi

Organizada por:
CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

Artistas participantes:
Abraham Lacalle

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Etiquetas
Acuarela  Acuarela en Sevilla  Dibujo  Dibujo en Sevilla  Oleo  Oleo en Sevilla  Pintura  Pintura en Sevilla 

       

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Descripción de la Exposición

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo presenta “Experimentos con el paisaje” del artista Abraham Lacalle (Almería, 1962), una muestra que recoge parte de su producción pictórica de los últimos diez años y en la que se presentan cuarenta obras entre óleos, acuarelas y dibujos algunas de ellos realizados expresamente para esta exposición. Esta exposición de media carrera, comisariada por Iván de la Torre Amerighi, presenta una serie de obras en relación con el paisaje, utilizando éste como una forma de pensar, como metáforas de la relación que se tiene con el entorno y que determina nuestra propia realidad, “un deambular en el ámbito tanto personal, social como económico”, señala el artista. Para el pintor, considerado como uno de los artistas de la generación de los 80 con mayor proyección internacional, “estos paisajes son experimentos conmigo mismo”. En palabras del comisario de la muestra, las obras exponen la amplia y rica variedad de recursos plásticos e intelectuales desplegados por el pintor, “desde la reinvención alegórica, la investigación en torno a la carga simbólica de la imagen, la intertextualidad narrativa o los impactos ‘atraccionales’ morfocromáticos que desvelan las últimas creaciones del pintor”. En esta exposición, Abraham Lacalle se implica con la ética medioambiental, estableciendo una reflexión sobre los modos del proceso pictórico y su subversión, al mismo tiempo que analiza las posibilidades del paisaje para expandirse e hibridarse con otros géneros. Abraham Lacalle pertenece a la generación de los 80 formada en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y alrededor de la galería La Máquina Española o la desaparecida revista ‘Figura’. En 1985 formó parte de la exposición “Ciudad invadida” en el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, que fijó los parámetros del arte andaluz y sus protagonistas en ese momento. Llevó a cabo dos estancias en la Casa Velázquez de Madrid gracias a las becas concedidas por el propio Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla. Actualmente es uno de los andaluces que forman parte de la escudería internacional de la Galería Marlborough junto a Luis Gordillo. Su obra está en las colecciones del Museo Nacional Reina Sofía de Madrid, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Fundación la Caixa, Fundación Santander, así como numerosas instituciones públicas y entidades privadas. El recorrido La exposición se inicia con obras como Origen o Mirón, ambas de 2010, que marcan simbólicamente un punto de inflexión y un cambio de posición con respecto al paisaje y a la nueva trascendencia que va a ostentar dentro de su producción última. En estas piezas la naturaleza se transforma en elemento detonante para una reflexión de amplio espectro, que abarca incluso los límites de la representación y que acepta como un juego de engaños su genuina e intrínseca inverosimilitud. En la sala 2 el paisaje desvela la conciencia moral del creador en piezas como El fantasma anda suelto, donde los signos de las ideologías (la hoz y el martillo camufladas en una naturaleza indiferente a su presencia), reaparecen como fantasmagorías anacrónicas. En Fantasmas y crack aparece la figura humana dentro de una especie de ceremonia de autodestrucción. En la siguiente sala se presenta el gran Atocha (2014), un paisaje selvático y tropical y en las que Lacalle rinde sus influencias a pintores como Lichtenstein o Manet. Continuando el recorrido, en la zona central del claustrón contemplamos la imagen de troncos arbóreos en las obras Abrasado (2015) y Tronco quemado (2015), sometidos consecutivamente a la tala y al fuego, que nos trasladan el desmesurado desprecio y objetualización del entorno natural por parte del ser humano. En la obra titulada Parrilla (2017), contemplamos cómo la naturaleza resurge con sus vivos colores tras el incendio, en un cuadro donde la iconografía religiosa, el martirio de San Lorenzo, se pone de manifiesto. No faltan en esta exposición las referencias a su infancia, en este caso a su Almería natal, haciendo aparecer en los cuadros de la sala siguiente las construcciones en el paisaje como meras fachadas sustentadas por puntales, tal y como es habitual en los desérticos pueblos del salvaje oeste cinematográfico de Almería. El denominado ‘anticamino’ aparece en las obras del siguiente espacio de este recorrido expositivo con obras como En la madera, mientras que una naturaleza insurrecta aparece de muy distinta forma en Maraña o en La piel, donde las alcornoques descorchados suponen una desnuda barrera y un recuerdo a los olivares vangoghianos. La espesura, la desmesurada aparición de la naturaleza se revive en la obra Como tú, piedra (título tomado del poema Como tú, de León Felipe) o en Veta negra donde el viajero se sitúa en un camino sin límite ni horizonte. La exposición se abre a obras apocalípticas y en este trayecto podemos contemplar la serie El cazo, producida en plena pandemia, donde un objeto utilitario y funcional ennegrecido del uso, propio de la vida salvaje o en la frontera, adquiere una dimensión única en mitad de una naturaleza feraz, agreste y adversa. La última sala recoge la producción de 2021, realizada expresamente para la exposición del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo donde, en apenas tres obras de gran formato, resume sus intereses con respecto al paisaje. La monumental pieza Oceánico, refuerza esa mirada de conciencia ecológica, pero haciendo hincapié en las grandes redes de transporte internacionales, en constante movimiento alrededor del mundo, que nutren a la sociedad en su insaciable afán de consumo. Mujer bañándose, obra de madurez de Rembrandt, sirve de referencia para Funambulista. Una mirada agria, donde aparece con intensidad el erotismo de la intimidad, la lasciva mirada del espectador-voyeur y el protagonismo de la figura femenina. Y finalmente, Roble y piedra, una pieza conscientemente pintada desde una posición horizontal antinatural y antiacadémica, donde Lacalle especula sobre los modos en los cuales las condiciones de creación llegan a condicionar el resultado en cuanto a formas, aires y contrapesos.

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