Bocetos, esculturas y cuadros reunidos en los últimos 4 años de producción entre Bélgica y Valencia, representaciones visuales de escenarios imaginarios, cuyo exotismo apela a los mundos de ensueño, como lugares de encuentro con lo público y lo íntimo.
La imagen como fragmento, como recorte, de escenarios planificados y construidos a modo de burbujas, dioramas cargados de experiencias donde los planos intercalados por colores sugerentes y diseños estampados sirven para comunicar y advertir el peligro. Pieles gruesas e impermeables que protegen del frío y la humedad; pinchos para evitar el contacto, para aislarse; espacios donde el trompe l’oeil protegen al autor, lo hacen invisible del entorno donde se encuentra expuesto.
Un habitat, un escenario donde resguardarse de un entorno hostil y encontrar confort, un espacio lúdico donde la pintura se transforma en medio y refugio.
Su proceso radica en una ambivalencia de relaciones intuitivas entre realidades y ficciones, entre las imágenes y sus...significados, entre construcciones y representaciones. Una conjunción de partes que conforman un todo.
La exposición funciona como vinculo de relaciones de incertidumbre que se entremezclan entre la experiencia y la ilusión.
La artista como ser relativo e influenciable, creadora y filtro entre mundos, ideóloga de nuevas realidades que puede moldear y manipular a su antojo, implantando sus propias reglas para desafiar los embates de la razón y el orden.
El cuerpo como metáfora: frágil, ausente, como poso de memoria.
La vestimenta como protección, como coraza, que esconde, protege, camufla mediante el diseño.
El diseño como patrón, como mascara, invisibilidad, como pretexto y defensa.
El proceso como tiempo, como escenario de evolución y adaptación, de aprendizaje, de sociabilidad y calado.
La obra como escondite, como refugio; como propio sedimento.
Jorge López.
Entrada actualizada el el 12 nov de 2019
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