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'La muestra 'Estados indefinidos para una existencia' -declara el curador Antonio Arévalo- es una gran instalación en donde Pablo Rubio crea nuevos espacios de la imagen a través de las diversas tramas como en una paráfrasis, una acumulación o un carrusel. El artista representa la memoria de aquellos que nos han ido dejando un signo de su paso por el mundo a través de leves huellas descoloridas, de sombras ilusorias, lugares subterráneos y retratos anónimos; utiliza objetos que pertenecieron en un tiempo a ellos tales como cartas, trajes, llaves y relojes, para conformar esta gran instalación que vivirá entre nosotros como si fuera un tratado sobre los Estados Indefinididos para una existencia.

Un trabajo intimista que mira a construir un espacio sagrado, individual y colectivo, un no lugar mental y simbólico, que necesita de miradas que lo ... hagan vivir, lo ocupen, lo usen, hasta hacerlo reaparecer, en una suerte de Palimpsesto (de Palin psestos, rascado de nuevo, referido al uso de rascar las viejas escrituras de los papiros antes de reusarlos) y que resistan a través de las huellas que tienden los hilos que tiene la memoria.

Fragmentos ligados a la vida de la casa que fue, de una casa desvencijada y que aún respira, cuyas puertas componen un umbral de muros del olvido, umbral que es separación pero que al mismo tiempo es la posibilidad de una alianza, de una nueva unión, una reconciliación.

Pablo Rubio necesita preguntarse sobre la incertidumbre y la ficción de su tiempo. Nos habla de un lugar para el que hemos sido elegidos y en donde nuestra mirada sabe que se acerca a un devenir profundo, un refugio de la ausencia y del dolor, el lugar de la esperanza y de la infancia recuperada, un territorio en donde conviven los interrogativos y los instantes secretos, las memorias y las arquitecturas conmocionadas. El artista intenta ponerle orden al caos, porque nuestras voces de vivientes son casi siempre sordas, desviadas y/o son demasiadas. Porque aquello que se quiere habitar no es un cuerpo nuevo y es necesario para ello entrar allí en silencio, para dejar que los objetos y las palabras suspendidas puedan crear nuevas geografías, otros espacios, mapas y raíces desconocidas.

La no luz que se condensa en la penumbra y que se precipita hacia nosotros, los papeles y las mesas que esperan abajo, iluminadas apenas, que se ahogan o se convierten en estalagmitas, columnas que buscan un cielo, que no es otra cosa que una superficie, los círculos de la superficie.

Un mar de hojas de libros fragmentados, páginas que retienen los recuerdos y que conforman la memoria colectiva y que se desvinculan del cuerpo de la historia, como si se precipitaran irremediablemente hacia el suelo, porque como decía Guillen 'lo profundo es el aire'.

Pablo Rubio (Córdoba, 1974) ha participado en los proyectos: 'Discípulos', CLANG, Scicli (RG); 'Anatomía vertical y un autorretrato sirio'; 'Radiografías para una mañana'; 'Quadrato Nómade' Palazzo delle Esposizioni, Roma; 'L'identità frammentata', Galería WOA (Lisboa-Estoril), Gallería Ingresso Pericoloso, Roma; Estampa 19º Feria Internacional de Arte Múltiple Contemporáneo, Madrid; 'The Wall (archives) #3', Bologna; 'La Insoportable Levedad De La Vida', Espacio Rojo, Córdoba.

El proyecto de 'lo Scompiglio' ideado y dirigido por Cecilia Bertoni, toma vida en la homónima finca situada a las puertas de Lucca, en las colinas de Vorno. Una realidad en donde las actividades ligadas a las artes visuales y performáticas en los espacios externos e internos dialogan con la tierra, con el medio ambiente, la fauna. Todo ello unido con el elemento arquitectónico contribuye y se funde en una experimentación que tiene que ver con la cultura. Por lo que cualquier proposición relativa a este proyecto es valorada en relación a la propia sostenibilidad ambiental a través de formas de interacción y de responsabilidad.