-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Ya desde el final de los años 50, artistas como John Cage, Allan Kaprow, David Tudor, Merce Cunningham, Robert Rauschenberg o Charles Olson, inventaban en la Escuela de Black Mountain una verdadera perspectiva transdisciplinaria, haciendo estallar las fronteras entre los campos artísticos e intentando superar las concepciones tradicionales del arte. Asimismo, todas sus investigaciones y experimentaciones estéticas aspiraban a poner entre paréntesis el sujeto y el yo, produciendo obras que no se referían directamente a una biografía singular y liberándose de los límites del imaginario personal. La perspectiva 'multimedial' del arte inventada por estos artistas sentaba las premisas de una crítica postmoderna de la creación.

La performance no es un género artístico sino un catalizador que atraviesa todos los dominios de la creación contemporánea concebida en su contexto expandido. Performar, es construir desplazamientos, hipótesis, situaciones: tal es la condición transdisciplinaria de la creación contemporánea. Desde esta perspectiva, la performance se ha constituido rápidamente como un espacio de experimentación, de una puesta en escena crítica de un trabajo mediante un uso del tiempo diferente, más que una tentativa de alcanzar una totalidad, una síntesis de los elementos artísticos puestos en juego.

Las performances-instalaciones en devenir -a reactualizar según las diversificadas ocurrencias- pueden convertirse en 'un espacio de espectáculo': un teatro sin teatro que pone en escena el cuerpo del artista 'in actu'. Si como recordaba recientemente Claudia Trozzi la performance consiste para un artista en mantenerse fuera de la representación así como deportarse fuera de si, la performance pone en marcha otro uso del tiempo que de-subjetiviza los gestos, los actos, las situaciones. Así es el cine performativo que están inventando hoy un gran número de artistas.

Las películas aquí presentadas constituyen un retrato del artista como actor de si mismo, dibujando bucles temporales inéditos.

Todas las piezas expuestas provienen del fondo de la colección del Centre National d'Arts Plastiques (CNAP)