Descripción de la Exposición
En el mundo de Fernandez no hay razón para separar el arte y la vida. En la última década sus enseñanzas han fomentado ampliamente la participación activa en la sociedad en lugar de la observación pasiva a través de las artes. Inagurará el jardín interior de Despacio.
Como si fuera el apéndice de una nave nodriza, Carlos Fernández aterriza en Despacio este hábitat que encapsula no solo su trabajo, también a él mismo e incluso un pedazo de vida en donde cada uno de nosotros podría encontrarse.
Este es el campamento temporal e imaginario del trabajo de una persona real. En esta estación conviven una serie de elementos vivos, es decir, que no son productos finales, sino partes de un proceso aún en ebullición. Una instalación que además se sostiene por medio de la participación y colaboración de muchos.
Al adentrarnos en esta experiencia, lo que nos podría dar pistas y servirnos de hilo conductor es el exceso. Donde esté la abundancia está la belleza. El verdor de las plantas revuelto con sus olores, pinturas que funcionan como registro de lecciones pasadas y aún esperan explicaciones futuras. Es necesario dejarse cautivar por todas las capas que cubren y recubren cada rincón, la información sobrepuesta, oculta, y la posibilidad de germinación en cada centímetro cuadrado de este espacio.
Descubrimos que tenemos acceso a un fragmento de una práctica que desde hace tiempo ya es menos una o dos disciplinas entremezcladas, pero la misma vida de Carlos: su quehacer cotidiano, su pasión por la agricultura, el arte, la botánica y la educación. La producción de este trabajo es además la búsqueda por resignificar estas prácticas y sobretodo un acto de apropiación.
En esta estación fijada en el centro de la ciudad josefina, habrán momentos para aprender, contemplar y bailar. Siempre en el espíritu del intercambio de conocimiento, de experiencias, de semillas y de las múltiples posibilidades entre las prácticas que en este ejercicio aparecen desbordadas e interconectadas. Sutilmente, hay una constante invitación a integrarnos, se nos presenta la oportunidad de (auto)cuido intrínseca en la relación que podríamos establecer con la tierra y el cultivo.
De repente, acá el arte es la vida entendida a través de los oficios. Trabajar la tierra como si fuera un lienzo, generar espacios para compartir o exponer más allá de los tradicionales. Incluso la necesidad de coleccionar e intercambiar semillas, como reflejo de volcar la mirada hacia el principio, un gesto que busca perpetuar.
Por Paula Piedra
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España