Descripción de la Exposición
Miguel Gómez Losada presenta en Birimbao una serie surgida de vivencias íntimas hechas imágenes con su fantasía más personal y con su extraordinario sentido del ritmo y del color.
"España y Portugal" es el título. Tomado del Atlas Aguilar de su padre, plasma en los cuadros imágenes que confirman, como afirmaba Protágoras, que “El hombre es la medida de todas las cosas”. Cosas ibéricas, ofreciendo sueños de despertares apacibles y hermosos sentimientos. Cada imagen refleja al autor y nos comunica sus deseos, obsesiones e incluso carencias, porque cada obra de arte refleja a su creador y es una plenitud de humanidad construida a partir de la línea, la forma, el color, la pincelada, la materia empleada: la composición. Ella coordina, unifica, emociona, expresa el sentimiento del artista y convierte cada cuadro de la exhibición en un territorio de posibilidades inmensas. Resalta el equilibrio cromático, a base de tonos claros en ocasiones, en otras negros o verdes muy personales. Hay un dinamismo rítmico conseguido con una disposición perfecta de elementos. Blancos sucios resaltan las formas, crean espacios, cuentan historias. Sobre todo, el artista vive en un país que le pertenece y que comparte, un país que es pura fantasía, alegría intensa, deseos ingeniosos.
La Península es amplia, con implicaciones muy diversas. Siglos de acuerdos y desacuerdos con un hecho cierto: Los navegantes ibéricos acabaron con la Edad Media iniciándonos a la experiencia de los océanos como frontera, hace más de quinientos años. El agua de los mares que nos rodea facilita el paso hacia una exposición que busca soñar los países, crear ficción, abrirse al entusiasmo, todo en un marcado clima de añoranza e impaciencia
El artista ha querido distribuir la exposición en tres espacios desde lo pequeño a lo más grande, desde la sombra proyectada a la luz del jardín. Buscando resaltar lo plano, prescinde de bastidor colocando directamente sobre la pared el lienzo que pierde perspectiva y se abre a la línea, el dibujo. Son cuadros de pequeño formato que ocupan poco espacio. Hay imágenes de castillos, escenas campesinas, bellos paisajes.
En otros espacios contemplamos obras de un tamaño intermedio, en este caso los lienzos montados sobre bastidor, con figuras levantadas a partir de recuerdos íntimos de estampas portuguesas. Carriolas con toldos, campesinas de amplios ropajes, colores contrastados de luz brillante. Todo para encontrar un final de término glorioso: dos cuadros de grandes dimensiones, 300 x 200 cm, con una imagen de tuno magnífica en negro y blanco matizado y un jardín extraordinario de verdes sorprendentes.
Toda la exposición transmite una gran seguridad interior que sólo esta al alcance de quien sabe muy bien lo que quiere, comunicando en su conjunto una convincente intensidad con un fondo musical evidente. En Gómez Losada surgen rasgos de estrechas relaciones: idea y estilo, arte y vida, tonalidad y atonalidad, pintura y música. Vivencias que marcan un concepto particular de la pintura como una creación desde el interior del individuo, arrastrada desde su nacimiento. La relación entre música y pintura es evidente porque todo sale desde el interior del individuo y cómo olvidar que la música dodecafónica y el arte abstracto han nacido al mismo tiempo.
Imposible, en esta ocasión, no pasar por Birimbao.