Desde aquellos primeros pasos de los años sesenta, en los que se inicia en el terreno de la pintura, hasta ahora, Pérez Ramos se ha consolidado como uno de los más reconocidos valores de la plástica segoviana, definiendo una trayectoria muy coherente y fructífera que le ha llevado desde una personal figuración, referida mayoritariamente al paisaje, hasta una abstracción llena de suavidades -una de las características fundamentales de su pintura- que sólo abandonó durante un periodo en los años noventa, como bien puntualizó Amalia García Rubí en El Punto de las Artes:

'Jesús Pérez Ramos -Segovia-, se inicia en el mundo de la plástica allá por los años sesenta, cuando al margen de modas y colectivos que por entonces definían la vanguardia oficial, decidió emprender su camino en solitario.

Tras una primera etapa ... realista basada en la interpretación geométrica del paisaje, Pérez Ramos abrazó el lenguaje expresionista gestual en plenos años noventa, haciendo uso de colores impactantes y rigurosos trazos de pincel.

Finalmente, en una especie de retorno al orden, habiendo asumido las aportaciones de su propia evolución, el pintor vuelve a los planos ortogonales para definir espacios que mezclan en su poética, remembranzas del paisaje ahora más cósmico que terreno, y el orden de una abstracción nueva, diferente en su depuración formal y cromática.'

La envergadura de toda esta evolución se comprenderá perfectamente a la vista de la presente exposición en la que, lógicamente, su producción más reciente protagoniza la mayor parte de la muestra, ofreciéndonos los resultados de las nuevas búsquedas que ha emprendido desde su última individual en el Torreón de Lozoya en el año 2002, aunque deliberadamente se hayan incluido algunos paisajes de los años setenta. No en vano la exposición lleva por título 'Espacios y Tiempo Pasado', definición que tal vez tenga que ver con un periodo que se cierra o con una persecución constante de un objetivo, tal y como ha escrito Antonio Madrigal en El Adelantado de Segovia:

'Pérez Ramos es de los artistas que pugnan por salirse de sí mismo y quizás integrarse en un 'Todo absoluto' que el supone-desea-armónico (...). Y pienso que Pérez Ramos 'siente' los conceptos armonía, orden y equilibrio de una forma profunda, lírica y ataráxica (...)'.