La pintura puede transformar lugares comunes en poesía y pensamiento. Lugares que adquieren una significación interior al convertirse en imágenes pintadas. Pinturas que no necesariamente representan un espacio real y que permiten recrear espacios libres en nuestra memoria, que reclaman detenernos y mirar.

Así lo pintado se convierte en algo nuevo y diferente, en un artificio que por si mismo tiene significación, quizás en estos momentos nada convencional.

La serie que ahora se presenta bajo el título 'Espacios libres. Espacios pintados', hace referencia a la experiencia de Javier Buzón como pintor de paisajes, y de ese modo, a su forma de mirar y construir una idea. La naturaleza es observada desde un lugar y en ese lugar, con su carga de artificio, podemos situarnos todos.

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Conjunto de obras que pretende provocar un inquietante espacio atemporal, lleno de revelaciones que el espectador debe descubrir. La capacidad transformadora de la pintura, que nos puede llevar de lo real a lo artificial, de lo natural a lo pensado, se convierte de este modo en un instrumento lleno de evocación y misterio.