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El espacio, la concepción espacial es sin duda uno de los elementos esenciales de la composición pictórica. Quizás por eso, bajo el lema Espacios, se celebra esta exposición de la galería, que ya comienza a ser una tradición, en la cual se juntan los talentos de siete pintores realistas muy diferentes, para mostrarnos sus interpretaciones del espacio, de un modo diverso e incluso, a veces, tan divergente. Espacios a veces muy íntimos, muy cercanos; espacios mínimos, entre frutas cargadas de deseo; espacios amplios, en paisajes idílicos; espacios ensoñados, casi estáticos; espacios de bruma, de misterio; espacios nítidos, limpios, arquitectónicos; espacios ricos, estudiados, entorchados de pintura, como los que nos ofrece esta interesante muestra que sin duda no va a dejar indiferente a ningún aficionado a la ... pintura figurativa y que muestra que el realismo, entendido en sentido amplio, sigue gozando de una vitalidad importante en España, cuna de muchos de los mejores pintores del mundo de esta escuela y que sigue teniendo muchos nuevos talentos aún por descubrir y otros que comienzan a destacar con fuerza.

La exposición ofrece un paseo por el universo pictórico realista español de hoy en día. Desde un limpio academismo hasta la soltura y la libertad, nos vamos a encontrar con paletas relevantes, salvando sus grandes diferencias. Aquí tienen cabida valores consagrados junto a otros que probablemente descollarán en los años venideros y es una muestra del deseo de la galería de seguir abierta a los nuevos creadores del realismo, siendo como lo es hoy en día, una de las más profesionales y mejor conocidas y valoradas por los coleccionistas españoles.

Al elegir a los artistas, nos encontramos con que tres de ellos Jorge Bayo, Juan Luque y Joaquín Millán nacen en el mismo año de 1964. Son lo que consideraríamos la tercera generación del nuevo realismo que arranca de la posguerra civil y son pintores que han luchado de modo muy diferente y con éxito, por el firme mantenimiento de una trayectoria artística propia, habiendo arrancado sus carreras artísticas en el momento álgido de la influencia de la escuela de Madrid sobre la pintura figurativa. No obstante, el mundo que han vivido era ya ajeno a las tensiones del período anterior y su pintura se muestra libre de tintes sociales y ha evolucionado a diferentes modos de enfocar una figuración que se difumina en Bayo, se ensueña en Luque para hacerse profundamente realista, arquitectónica y a veces fría en Millán. Así, cada uno ha sido capaz de evolucionar de un modo personal que resulta además fácilmente distinguible y forman parte destacada de un grupo de pintores consagrados de trayectoria ya relevante, que aún tienen mucho que dar de sí.

Junto a estos, están otros como el veterano artista Carlos Marcote, nacido en 1950 y cuya maestría se percibe en cada una de sus obras; Antonio Castelló, nacido en 1972 que nos regala con la versatilidad de su pintura; Tomás Baleztena, nacido en 1975, cuya juventud viene acompañada de un gran talento y a los que se ve con ganas de mostrar que son capaces de hacerse un hueco en el arte figurativo español de hoy y el benjamín, Juan Naranjo, nacido en 1979 cuya pintura es toda una promesa.

Analizar uno a uno a los artistas de esta muestra nos puede dar algunas claves de sus diferentes modos de enfocar el espacio.

Jorge Bayo, madrileño, es un clásico de Ansorena, con individuales en la galería en 1993 y 2003 y participación en varias colectivas. Su pintura es en sus propias palabras “un mapa, un medio para localizar su posición en el mundo”. En esta exposición, Bayo plasma su misteriosa y brumosa visión estética y profunda del mundo, como si su espíritu estuviera ensoñando, más que pintando, como si estas obras fueran un caleidoscopio de su modo de ver la vida. En Bayo la sugerencia es parte importante de su pintura y se consigue a través de una paleta rica y variada de gamas suaves y tonalidades pasteles teñidas de dorados y de ricos matices. Actualmente se está abriendo hacia fuera aunque es un artista madrileño reconocido en la comunidad, de la que ha recibido el premio de Artes plásticas en 2006. Además de pintor es un interesante fotógrafo con premios de fotografía de Caja Madrid de 2000 y de la Universidad popular de Madrid de 2001.

Antonio Castelló. Nacido en Madrid, su pintura está llena de vitalismo y optimismo. Es como una ventana abierta a un mundo que se ordena armoniosamente en tonalidades ricas y limpias, llenas de sugerencias. Su paleta no teme tocar con viveza el color y se atreve y triunfa en la plasmación de la cercanía de los objetos en sus cuadros de frutas de la misma forma que es capaz de medir su espacio con meditada calidad y una belleza serena y cálida en sus paisajes. Este joven artista, llamado a grandes cosas, ha recorrido España exponiendo siempre con creciente éxito, no solo en su comunidad de origen, sino también en diversos otros lugares. Su participación en arte Lisboa en 2007 tuvo un amplio reconocimiento de crítica y venta, estando abierto a nuevos proyectos internacionales para una obra que de hecho tiene un mercado potencial muy importante en Latinoamérica y Estados Unidos.

Juan Luque. Nacido en Montilla, Córdoba, es un artista al que se nota el oficio de su larga trayectoria de pintor en cuanto uno se asoma a una de sus obras que son como verdaderas ventanas de cristales tintados por su interesante y particular modo de retratar la realidad. En Luque el espacio cobra una dimensión meditativa. Luque, como pocos, es un pintor sin trampa, que sabe utilizar su paleta de forma muy personal. Sus objetos sus edificios se yerguen en medio de sus cuadros como monumentos, dramáticamente, cobrando una fuerza inusitada y asombrosa por su modo de enfocar sus composiciones que son del gusto de público y crítica desde hace muchos años como pruebas las numerosas distinciones de este notable artista entre las que podemos reseñar, entre las últimas recibidas, las medallas de honor de los premios BMW de 2006 y 2007.

Carlos Marcote. Este pintor alavés es uno de esos grandes talentos locales españoles en los que uno descubre a veces evoluciones sorprendentes. Su pintura, fuerte y suelta, va desde el realismo más comprometido, participando en la exposición “arte antiimperialista” en el 79, hasta el realismo esteticista que hoy nos regala en esta muestra con paisajes llenos de sensibilidad, que nos regalan escenas de una composición segura y bien anclada en la tradición.

Joaquín Millán. Un artista lleno de talento, en plena madurez, que es, a mi juicio, uno de los mejores representantes de la tercera generación de realistas, de la que veníamos hablando y su paleta, llena de fuerza, es capaz de atacar con la misma maestría los más fríos espacios arquitectónicos, dotándolos de una vida propia a través de su arte, que narrar con delicadeza de dibujante excelente el devenir de una mañana en el campo. Su obra presente en diversas ediciones de ARCO y en ferias nacionales e internacionales siempre es bien acogida y ha recibido numerosos galardones y seguirá recibiéndolos porque está en el mejor momento de su creación.

Tomás Baleztena. Madrileño, de orígenes navarro e inglés, es un artista integral, al modo más tradicional, y su pintura, inmersa en lo mejor del realismo, está sin duda llamada a dar muchas sorpresas positivas, porque está en constante evolución y muchas alegrías a sus coleccionistas. En Baleztena vemos con luz propia, un artista que ha sabido conjugar la técnica de los maestros españoles del pasado con una interpretación compositiva moderna y a veces sorprendente que le puede hacer ir a lugares poco hollados que sin duda le harán destacar en el futuro. Su tratamiento de la figura dentro y fuera del paisaje, están llenos de fuerza y dramatismo y cuentan siempre una historia. Ha sido seleccionado en diferentes concursos y es un artista en plena eclosión.

Juan Naranjo. Este joven exponente de lo mejor de la escuela de Chichón, creada por el gran maestro del realismo Guillermo Muñoz Vera, tiene un notable talento compositivo y nos regala en esta muestra con unos paisajes urbanos de excelente calidad, donde el tratamiento de la atmósfera domina la composición que cobra tintes de moderna ensoñación. Sin duda está llamado a ocupar un lugar destacado entre los pintores realistas y está comenzando ahora con una interesante proyección de su carrera pictórica que debe llevarle a internacionalizarse.