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La muestra, sigue fiel a las señas de identidad del artista: dialogar con el espacio, apelar a la emoción y procurar un universo de relaciones vitales entre las piezas y su entorno, en un juego de “equilibrios y tensiones”.

La obra de Knörr tiene sus antecedentes en dos movimientos artísticos del siglo XX: el informalismo y el minimalismo. A pesar de estas influencias, su estilo es único y personal marcado por una apariencia sencilla de volúmenes sobrios.

Artífice de una obra habitada por ritmos personales, por latidos ... de esa poética de vacíos y estructuras internas dispuestas a desnudarse en cada vínculo con el territorio espacial elegido, su expresión es una permanente confrontación entre el material y el aire.

La escultura de Ernesto Knörr tiene sus antecedentes en dos movimientos artísticos del siglo XX: el informalismo y el minimalismo, si bien, transmite un lenguaje personal.

Su trabajo se caracteriza por una disposición sorprendente de los volúmenes, como si éstos se hubiesen cristalizado en un instante, durante un proceso de gran movilidad, lo que le confiere un dinamismo singular.

En sus esculturas se produce la suma de lo inesperado con lo calculado, la convergencia de la cálida corriente de la movilidad con el frío viento de la quietud, la fusión de lo anclado a tierra con la flotación ingrávida. El conjunto de su obra participa de la poética de la tensión y el equilibrio, adoptando la sobriedad expresiva sin renunciar al gesto enfático y elegante.