Descripción de la Exposición
Miguel Ángel Lozano (1994, Jumilla, Murcia) es graduado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia, habiendo realizado con posterioridad un Posgrado de Producción y Gestión Artística. Ha obtenido Premio Anuaria-Pro, al mejor proyecto de final de estudios, Barcelona (2016) y Premio IGDEA AWARD, en la categoría IGDEA Award-Pro, Barcelona (2018), entre otros.
De las exposiciones individuales realizadas destacan entre otras: Vinumonastrell, Centro de Arte Espacio Patico, Murcia (2015); Oxidación, Museo Arqueológico Jerónimo Molina, Jumilla (2017). De su participación en exposiciones colectivas destacan: Cuerpos dóciles – conductas cautivas, Centro Puertas de Castilla, Murcia (2017) y Tabula Pictos, Centro Párraga, Murcia (2017).
La bodega es el punto ancestral de la conservación y elaboración del vino, testigo de la importancia que tuvo en antaño y en la actualidad la crianza de algunos caldos, de construcción abovedada realizada en el siglo XVIII y localizada en el subsuelo de la casa con varias decenas de tinajas de gran tamaño insertadas en el suelo. La instalación Oxidaciones realizada por Miguel Ángel Lozano cuenta con una iluminación acertada, compuesta por unas camisas colgadas a distintas alturas que han sido cedidas por habitantes de la zona, personas que cambian, transforman y trabajan el paisaje de la zona. Las prendas de vestir han sido tintadas con los pigmentos procedentes del vino de la uva autóctona Monastrell de las distintas D.O. de la Región de Murcia y han creado diversas oxidaciones y envejecimientos, son las huellas y memoria del producto de la tierra. Conocer la obra es aproximarnos al mundo de Lozano, es tocar y sentir la esencia del paisaje. Al bajar al subsuelo, la sensación que recibes es como descorchar una botella de vino, el visitante se siente inundado por el aroma, es una sensación notable e intensa, aroma que conforme deambulas por el espacio se va abriendo, expandiendo y siendo más expresivo. La esencia producida por las tinturas del vino y los taninos es la banda sonora, y las camisas las partituras de la composición que nos hace reflexionar sobre la obra.
Ser un creador o un artista es una forma de comprometerse y eso es lo que hace Lozano, su trabajo trata sobre la memoria, la identidad y la trascendencia de la cultura del vino en el paisaje. Su obra nos interpela y plantea preguntas de forma visual y creativa, invitándonos a dejarnos llevar con los sentidos para percibir y pensar. La instalación es el resultado de la búsqueda de elementos de su mundo real y cercano, es la realidad que se extiende desde su Jumilla, donde vive, con sus viñedos y los campos que pasea a menudo. Las camisas evocan la necesidad del recuerdo de las zonas rurales, la humildad en las labores agrícolas y la relación respetuosa del ser humano con la naturaleza y el paisaje. Las tinturas que dan colores granates y grises en las telas, son la esencia de lo natural que viene determinada por las composiciones abstractas que se conforman y remiten al origen de la vida, es uno de los pantone de nuestra tierra, colores de las regiones y territorios de vinos que aportan delicadeza y fuerza.
Lozano nos hace sentir parte del terruño y del paisaje, su propuesta artística logra trasladarnos a la simbología del vino, identidad cultural mediterránea; evocación al vínculo atávico que existe entre el vino y la cultura a través del arte. Lozano capta lo real, la esencia de nuestra tierra, la instalación produce el efecto de interpelar a los pensamientos y suscitar esa sabiduría milenaria donde afloran los secretos de las tinajas que antaño almacenaron el preciado líquido, logrando crear una atmósfera de aromas y sensaciones que provocan emociones en el espectador de momentos de nuestra existencia, cargados de un sentido muy arraigado en el inconsciente individual y colectivo, la obra es un monumento dedicado a las personas que trabajan la tierra, es su altar particular, nos invita a activar la memoria con los olores y los colores por el espacio de la instalación, donde consigue generar diversas tensiones y experiencias personales.
La sensación olfativa de la obra merece nuestra atención, más allá de lo visual, táctil y sonoro, elementos más usuales en el arte contemporáneo. Los aromas y esencias que encontramos en la instalación es un juego de “visibilidad e invisibilidad”, entre la identificación de los aromas. Se trata de nuestra historia y del presente, la historia del ser humano, del paso del tiempo, el trabajo, la ausencia, la presencia, la fragilidad de la naturaleza con la intervención en el paisaje, son las claves que aborda Lozano, siendo la trascendencia de la evocación como uno de los ejes del proyecto. Apuesta por tocar la identidad y la memoria, además de alcanzar la vinculación entre arte y paisaje, al fin y al cabo somos seres que nos vinculamos con nuestro territorio y entorno. Lozano nos plantea su forma de relacionarse a través de los sentidos, de ver, oler, tocar y sentir a través del color y sus esencias y sensaciones producidas por las oxidaciones del vino.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España