"Conocer lo permanente es abarcarlo todo."
Lao-Tse
No hace mucho tiempo me trasladé a una antigua casa rural. Un espacio con pocas comodidades a las afueras de un pequeño pueblo. Durante los años en los que allí tuve casa y estudio fui testigo de cómo la naturaleza en sus diferentes formas ocupaba mi espacio y, lo que comenzó siendo una convivencia incómoda, terminó siendo una bonita amistad. De esta relación y de la lectura del Tao Te Ching surgieron “Escenas domésticas”.
La idea de partida era simple y transparente, el poder transformador de la naturaleza y de cómo su proximidad tiene la capacidad de convertirnos en algo más armonioso.
Pensé en lo bello sería tener una montaña en nuestras casas, como si fuera una bonita planta o una mascota. Algo que al despertar y verlo cada mañana nos recordara su presencia y la nuestra.
Quería realizar lo que podíamos llamar “rotundas manifestaciones de naturaleza” espectaculares...montañas que aun siendo miniaturas contaría con una altura aproximada de 2 m. Ante el alto coste que su producción suponía decidí pintar una serie de cuadros que mostraran las instalaciones que quería hacer. Simultáneamente empecé a producir pequeñas piezas de escultura, montañas-casa donde naturaleza y arquitectura se fundían. Casi sin proponérmelo, se creo un juego de naturaleza-inmueble y naturaleza-inquilino donde el protector pasaba a ser el protegido, una paradoja que refleja nuestro consustancial vínculo.
Imágenes de la Exposición
Adrián García. Escenas domésticas — Cortesía de la Fundació Cultural Coll Bardolet
Entrada actualizada el el 12 feb de 2021
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