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El siglo pasado ha sido el siglo del cine como la expresión artística más representativa de esa época. El cine aglutinaba todos aquellos ingredientes (el movimiento, su condición de espectáculo, su carácter masivo, su naturaleza industrial…) necesarios para elaborar, en aquel momento, un discurso nuevo y acorde con el mundo moderno.

Es interesante comprobar las relaciones establecidas entre la pintura y el cine como dos formas estéticas con dificultades de convergencia. Mucho más profunda, e inevitable, la influencia de la pintura, o mejor de su tradición occidental, sobre el cine (en la iluminación, el ... color, la composición…) que la opuesta. De ahí precisamente el interés de esta muestra colectiva que invita a los pintores a dejarse motivar por el cine. Y ¿desde qué términos? ¿Serán motivos argumentales, esto es literarios, o serán de índole plástica?

El artista moderno ha estado acostumbrado a trabajar con una absoluta libertad, desconocida para el pintor de otras épocas, por ello resulta siempre gratificante descubrir como se mueve ante el encargo, ante un motivo que quizá le es ajeno y ante el reto de ver colocada su obra junto a la de otros artistas y descubrir como cada una se enfrenta o dialoga con las demás.

Diecisiete artistas nos acompañan en este empeño: Pablo Aizoiala, Pablo Angulo, Dis Berlin, Ramiro Fernández Saus, Carlos Forns Bada, Damián Flores Llanos, Carlos García Alix, Fernando X. González, Tito Inchaurralde, Juan Carlos Lázaro, Juan Antonio Mañas, Luis Mayo, José Luís Mazarío, Tomas Mendoza, Joaquín Millán, Guillermo Pérez Villalta, Brigitte Szenci. Alguno de ellos ya se había acercado ocasionalmente al tema propuesto, para otros sin embargo se trata de una nueva experiencia.