Descripción de la Exposición Cuqui Piñeiro es gallega del sur y pertenece a una hermosa comarca llamada Baixo Miño con mucha historia. Por esa geografia transcurre ese rio también muy vinculado a Portugal, presenciando 'miñoteiros' de ambos lados la inmediata desembocadura y el comienzo de la mar inmensa, el océano atlántico. Vivió en Vigo, tuvo una infancia feliz y todo parecía indicar que iba ser una mujer alegre y completamente normal. Marchó en el año 78 a la universidad de Santiago de Compostela a estudiar Hª del Arte Contemporáneo. Cuando regresó de nuevo a Vigo se enfrascó en todo tipo de actividades relacionadas con el arte, su mayor pasión. Ya estaba bajo sospecha porque mucho le venia de familia, su padre era el escultor Xoán Piñeiro. Como tratamiento de choque y por una serie de circunstancias que no vienen al caso, decidió allá por los años 90 instalarse definitivamente en su Goián natal y a partir de ahí su vida cambió radicalmente. Cambió la plácida teoría académica por un ataque de tozudez, aplicándose en una de las profesiones más escandalosamente prácticas. Se empeñó en sacar adelante una fundición artística de bronce y dar servicio a los escultores,...... y con esa perseverancia sigue 20 años después, además de la satisfacción de convertir su pequeño jardín y vivienda en el entorno perfecto de esta peculiar casa factoría. Pero faltaba un detalle. En 2008 monta una galería de arte para promocionar a los artistas y disfrutar un poco más de la visión creativa. Su vida transcurre entre estas dos actividades en las que parece sentirse muy a gusto. Entre una y otra va sacando tiempo para realizar sus trabajos más personales. Todo un lujo. Se deja llevar por la fantasía y por ese mundo interior que dicen que todos tenemos. Los resultados son las obras que lleva haciendo desde el año 1996. Un inagotable trabajo también físico, matérico, caprichosamente menudo y emocional, combinado con obra de mayor escala como las esculturas públicas de A Guarda y Pontevedra. Aunque hizo algunas exposiciones individuales, non es lo que más le gusta, diríamos que es solo artista porque los demás insisten. Ella insiste en ser broncista. Y como a veces tiene ideas cabezotas también comisaria exposiciones. Amplia su intervención artística en este campo profesional con proyectos en los que el mayor atractivo es precisamente la temporalidad y el compromiso de la acción directa. Se entiende, después de esto, que a veces le guste aislarse de todo, muy dada a estar habitualmente bien acompañada. Convive con el metal, artistas, amigos, consigo misma, a veces con su hijo y con perros e gatos,.... Cuando su entusiasmo disminuye o sufre sus particulares ataques de desesperación, se refugia en otro universo, la tierra firme. Entonces poda los árboles, planta o cambia de sitio lo que planta (si ve que no están a gusto) y recoge las hojas otoñales de ese microespacio creado a su imagen y semejanza. Es otro juego. Cualquier cosa menos aburrirse, perder la ilusión por la vida o.... mismo perder el sentido del humor, que practica siempre que puede.