Descripción de la Exposición En 2008 comencé a realizar en forma sistemática el actual trabajo sobre la feria de Tristán Narvaja, aunque algunas fotos datan de 1999 y 2000. Se puede decir que mi interés en la fotografía es de tipo antropológico y filosófico. Reconocer, identificar, interpretar rasgos culturales de los diferentes lugares o grupos que conozco. Plantearse esa realidad interpretando y reinterpretando sus imágenes, interpretación que de una forma muy seductora me permite manipular esa 'realidad': quiero mostrar una feria de Tristán Narvaja distinta, rara, loca, no la feria estándar de lechugas y morrones, ni de rarezas predecibles. Tampoco me refiero a la manipulación digital: todo el trabajo fue realizado con cámara analógicas Nikon F90 y F5, y el uso de fotoshop se limitó a retoques leves. El único fotomontaje digital fue el realizado en la fotografía de Einstein y el espejo. La manipulación más interesante es, a mi juicio, aquella que surge de una visión onírica de la realidad, donde la propia realidad se desdibuja y se confunde con el sueño. El lenguaje blanco y negro me permite despojar a la imagen de todo lo que es superfluo y llegar a la esencia, al alma de la misma, algo así como las ideas platónicas. En la foto de Manuela da Silveira y la que está al lado de la cruz, del señor fumando, dejé trabajar al azar, exponiendo dos o tres veces el negativo, imagen sobre imagen, para ver qué pasaba. Mostrar y ocultar, mostrar entre velos: que no queden muy claros los límites entre la imaginación y la realidad exterior. La foto de las dos mujeres ancianas vestidas con gabardinas, de espalda, en un domingo lluvioso, la saqué luego de 'perseguirlas' por más de dos cuadras. Me llamó la atención su vestimenta, siempre las vi de atrás. Revolvían en los puestos donde vendían pan, pero no llevaban nada. Tenían algo de místico, parecían monjes. Caminé detrás de ellas sacándoles muchas fotos, no se percataron. Cuando le saqué esta foto, una de ellas (debe de haber escuchado el ruido del motor de la máquina) se dio vuelta, y cuando me vio casi encima de ella tomándole la foto me dijo de todo. Cosas que pasan. Cuando analizo los contactos, me doy cuenta de que en estos años de trabajo fui cambiando el lenguaje y lo que quería mostrar de la feria. Al principio me acerqué a un lenguaje descriptivo, lo que sería un fotoperiodismo convencional, que enseguida descarté. Me desplacé de la feria a la periferia, pero en un principio sin saber muy bien dónde quería llegar. La recorrí antes del amanecer, cuando comienzan a descargar camiones y a armar sus puestos; y al finalizar la tarde, cuando van desarmando y guardando la mercadería. Me sentí apoyada por muchos comerciantes, feriantes, algunos de ellos me alertaban sobre delincuentes habituales. Mucha buena onda me acompañó. Ciento veintidós rollos, en su mayoría de veinticuatro fotos, cinco años recorriendo sus calles, charlando con los comerciantes, vecinos, yendo en la madrugada, antes del amanecer o al finalizar la jornada, buscando esas 'rarezas' que hoy quiero compartir con ustedes. Se la dedico a mis padres, a mi esposo, Ariel, por acompañarme siempre, y a mis hijas, Lucía y María Victoria.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España