El Kilómetro se complace en presentar "Entre ser y estar prefiero quedarme¨, una exhibición de José Luis Vargas, Michael Linares, y Kiván Quiñones-Beltrán. Estamos ante el umbral de lo visible. Ese no lugar al que solo se llega a través de un medio que incite la mirada profunda. Un guía dirán algunos, una suerte de hechicero que nos ponga en contacto con aquello que a primera instancia no podemos percibir.
Este enlace con el más allá, que se vincula principalmente con lo metafísico, lo enigmático o lo religioso, es crucial cuando estamos ante la manifestación artística. Pues el arte es revelación. Es la búsqueda constante para mostrar aquello que permanece oculto, bien sea porque está fuera de nuestro alcance o tan cercano que no lo podemos reconocer.
En «Entre ser y estar prefiero quedarme», José Luis Vargas, Michael Linares y Kivan Quiñones abren una ventana a esas inquietudes que hierven en sus...entrañas y que los llevaron a buscar una esencia que los represente.
Esta genealogía visual los conduce a explorar elementos que parecieran lejanos, pero que tienen lazos históricos con el Caribe. Pensemos en las tradiciones del Congo, Nigeria, Ghana y la carga metafísica o mágico religiosa que estas prácticas ancestrales traen a nuestras aguas.
La propuesta de cada artista difiere en los detalles, estéticos y mecánicos, más los une la intención de manifestar lo ignorado, aquello que a primera instancia no es visible a nuestros ojos. Este juego de la mirada está en el corazón de la experiencia artística. Y es que el artista no es tanto aquel que tiene la habilidad de plasmar trazos en un canvas o formas en el barro, sino quien ve y muestra lo que otros no perciben. Ahí convergen las propuestas de Vargas, Linares y Quiñones. En la resignificación de prácticas y objetos cotidianos para dotarlos de una carga sublime.
Al acercarnos a estas ventanas accedemos al mundo interior de sus creadores. Ese más allá de donde surge la chispa iniciadora que se materializa en objetos de arte. Sus crisis y cuestionamientos, sus búsquedas y sus encuentros.
Todo ello atado a una intención específica que cada cual le pone a sus trabajos. Dicha intencionalidad es fundamental para acercarnos al misterio. El ritual de la creación que invierte, juega, cuestiona, resignifica y que nos posiciona frente al reflejo de nuestro propio enigma.
Entrada actualizada el el 30 ene de 2024
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