Descripción de la Exposición Narraba Robert Graves cómo 'Ariadna le entregó este ovillo a Teseo y le dijo que lo siguiera hasta dar con el monstruo durmiente... Después podría encontrar el camino de vuelta volviendo a enrollar el ovillo en sentido inverso'. El hilo se convierte así en único elemento de certeza que guía al hijo de Egeo dentro del Laberinto: es el sendero y la posibilidad del retorno. No sorprende la frecuencia con que encontramos hilos y tejidos como elementos simbólicos dentro de la mitología clásica: sus posibilidades simbólicas refuerzan su uso. Pensemos en el telar de Penélope, en Aracne, la princesa de Colofón, cuyos paños perfectos causaron la envidia de Atenea y sirvieron de pretexto a Velázquez para el prodigio compositivo de Las Hilanderas. Recordemos, sobre todo, el caso de las Parcas, deidades ligadas al desenvolvimiento del destino de los seres humanos, reducido a un hilo que en algún momento se hilvana, se enmaraña, se corta antes o después: Cloto, Láquesis y Átropos fueron también el motivo de una de las casi impenetrables pinturas que Francisco de Goya realizó en las paredes de su quinta de recreo en las afueras de Madrid. En realidad, tampoco es necesario acudir a la mitología. Escribió Antonio Machado en 'La Tierra de Alvargonzález' lo siguiente: 'Mas las hadas hilanderas, / entre las vedijas blancas / y vellones de oro, han puesto / un mechón de negra lana'. Se trata del presagio lúgubre que introduce en su tejido 'un personaje invisible: el miedo'. No parece necesario insistir en las complejas connotaciones, la riqueza de precedentes y el sentido poético que acompañan inevitablemente a hilos y urdimbres. Más aún cuando ello se convierte en soporte de creación artística. Amparo de la Sota se sirve de esta materia para desarrollar composiciones abstractas complejas, dédalos de trayectorias que se confunden y equilibran sobre el plano dando lugar a ritmos y secuencias geometrizadas con un tratamiento cromático sereno en los tintes, y nos recuerda, de paso, cómo paños y tapices vienen siendo infrautilizados y excluidos como medio creativo y también como objeto de exposición pese a su larga tradición y su indudable potencial visual. Quizás el entorno más próximo que ha conocido Amparo de la Sota haya facilitado el desarrollo de su creatividad, compartida con una gran parte de su familia. La Galería Jamete ya acogió hace unos pocos meses obras de sus hermanos Marta y Pablo. Lo que realmente llama la atención es la personalidad absolutamente definida y diferenciada de cada uno de ellos a la hora de abordar la materia, los motivos y las formas de expresión plástica.