Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Laura Ortego Laura Ortego nació en la Patagonia. La de horizontes dilatados y vientos implacables. Vivió hasta los 18 años en Comodoro Rivadavia. Apenas a unos minutos del centro, el infinito. El todo y la nada fueron paisajes cotidianos en su infancia. La atracción y el abismo de lo ilimitado. Recorremos en sus fotos paisajes reales e imaginados. El registro, el recuerdo y el sueño. Pero no es la llanura o la meseta de Comodoro lo que reaparece una y otra vez en esta serie, sino el bosque. El espacio ominoso de la fábula infantil. El escenario del extrañamiento y el ritual. Un ligero temblor sacude la superficie serena de la foto, su belleza tensa. Algo nos incomoda, nos sorprende, en las fotos de estas niñas. ¿Qué las aflige? ¿Qué les quitaron? Desposeídas de algo inasible las niñas de Laura Ortego hacen que nos preguntemos por el instante en que algo echa a andar el mecanismo que ensombrece el alma del niño. ¿Cómo se presentará la conciencia del dolor, del absurdo? ¿Las tomará por sorpresa en un sueño, y como un latigazo las dejará sin aliento? ¿Arderán por un momento sus almas? ¿Harán ruido como el papel de seda cuando se arruga? Después, ya nada será igual. ¿Como se vería nuestro rostro ese día en una foto? ¿Vacilarían nuestros pies pequeños? ¿Cuántas veces, ya adultos, volvemos a ser el niño asustado en el bosque y nos visitan fantasmas olvidados?... Ahora que ya lo sabemos, el monstruo acecha. Imaginamos que esta niña vestida de blanco rodeada de árboles espectrales mira la luna que tiñe de sombras el cielo quieto... 'qué más da', parece susurrarnos, 'juguemos... mientras el lobo no está'. Gabriela Francone, 2008 --------------------------------------- De la cámara oscura a la alta definición, o la agonía de la imagen: cuerpo-objeto. En este momento de ruido mediático de la imagen, Iván Cortázar nos habla en 'susurros'. Susurros, título de una de las obras presentes en la exposición, suscita la tensión entre las imágenes recicladas de la colección del autor. Entre estatismo y vídeo pintura, ser testigo, por el medio que sea, de cualquiera de las obras, nos muestra al mismo tiempo una imagen cruda y angustiosa: «Yo tengo esa dicotomía. Me encanta el pasado y la tecnología analógica; lo más simple, el principio de cámara oscura. Me alucina, pero a la vez, siempre quiero estar a la última en tecnología. Me encanta el vídeo, el cine y las últimas cámaras digitales de alta definición. Me imagino que soy un Mr. Jekyl y Mr. Hyde del medio artístico?» Sin palabras y sin tiempo, la poética de las imágenes de Iván Cortázar nos atraen por su composición y el efecto que crean sus atmósferas suspendidas en el tiempo, un instante de eternidad, donde la sensación del tiempo que no pasa y que cuando pasa se ralentiza, nos oprime. La crisis de angustia que provoca el sonido de un zumbido constante y monótono, sin variaciones y que intensifica esos eventos del paso de la vida, entre vida y muerte... Iván Cortázar no enfoca, porque no puede. Con la cámara oscura, él es consciente de los límites de esta, pero la utiliza: «Me sigue impresionando muchísimo que se puedan crear imágenes sin lente, con un minúsculo agujero hecho en una lata de coca cola, y un papel con aluro de plata». Podría utilizar una cámara de teléfono móvil o una web-cam, pero él decide abrir un agujero de luz y dejar pasar el tiempo, con la idea de imprimir un diario intimista. Huella desenfocada y sucia «gracias a una cámara estenopéica, pude realizar largas exposiciones, donde toda la luz reflejada durante minutos se comprimió mostrando una huella borrosa de mi existencia. Creé así, un 'gran hermano' personal en el que los momentos íntimos y anodinos de mi vida quedaron atrapados en pequeños pedacitos de plástico». «Me encanta la asociación con el cine, porque lo tenía muy presente cuando hice esta serie de fotos. Estaba obsesionado con 'comprimir' un evento en una sola imagen. En el cine el tiempo pasa y las escenas se superponen una a otra. En esta serie quería que las fotos se superpongan una a otra pero que cada foto contenga toda una escena». Poético y delicado en los títulos, imagen cruda, angustiosa, de muerte y espera. El trabajo Susurros es una tensión en la línea del horizonte, provocada por un 'mar de formas' vídeo- pintura dentro del minimalismo blanco y negro, masa de vacas en movimiento «tensión con cierta lentitud» acompañado de un sonido de una multitud de susurros, evocaciones a las multitudes de New York, dramatismo que vehicula la referencia al Silencio de los corderos, imagen inminente de camino al matadero. «Me doy cuenta de que en casi todo mi trabajo, las imágenes tanto en cine como en foto se hacen lentas, pesadas, cuesta pasar de una a otra»... Sin transición. Visionando el trabajo Encantamento, lo primero que uno piensa, es en Un perro andaluz de Luís Buñuel por la asociación de imágenes: ojos, moscas, perros. Asociaciones libres que en la obra de Buñuel pertenecen a los sueños. Ese inconsciente retiniano surrealista de evocación onírica que podríamos encontrar en Susurros, y que en Encantamento se vuelve una 'quijotización de la mirada', ese gigantismo del animal-objeto, 'objeto familiar', con ese final que transforma la perra en una mesa, se insertaría en la línea del surrealismo tecnológico. Imagen inestable, pero al mismo tiempo desafió a la percepción, donde el estatismo se pone en juego, para poner a prueba la apreciación de la forma dentro del espacio-pantalla, asociaciones de ideas para describir una sensación de manera enérgica. El sonido termina de componer esas atmósferas. Un zumbido: «es un sonido, música que creé para este vídeo. Me gustó la idea de la mosca, y el movimiento de la perra y con esa inspiración compuse ese ruido sonido». Documentar en la obra de Iván Cortázar tiene doble sentido. En primer lugar, almacena en la memoria hechos de la vida cotidiana como valor de documento, para luego reciclar las imágenes, haciendo de este material su materia prima, para componer todo tipo de vídeos artísticos, desde la perspectiva del collage vídeo; radiografía, ecografía, scanner, fotocopia, estenopeka, todos los medios son buenos para inscribir el tiempo de exposición de un cuerpo en el espacio-tiempo de la obra de Iván Cortázar. Esa colección de momentos íntimos y personales que Iván Cortázar conserva por todos los medios y que luego él reutiliza haciendo uso en su trabajo de post-producción; ese acto fotográfico o beso de judas, por jugar con la formula de Joan Foncuberta y que le impulsa a tomar una foto o lanzarse con un proyecto vídeo, esa zona de contacto, podríamos decir háptica, entre táctil y óptica, genera una serie de trabajos de una riqueza poética y brutal, lugar de encuentro entre belleza y aspereza de la vida misma. Ginebra 12 de enero 2009 Maite Pérez Avatar virtual de Dionisio Alfaro-Oliver, versión siglo XXI de 'Niebla' de Miguel de Unamuno y juego fonético del nombre de la artista Mai-Thu Perret
Muestra compuesta por los últimos trabajos realizados por estos dos artistas.Que aportan diferentes visiones del entorno y su influencia.
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España