Entelequia es sinónimo de fuerza vital en las doctrinas vitalistas como lo es la pintura de Nori Ushijima, con ecos y presencia casi de mural, cargada de perspectivas, escorzos, dinamismo y simbolismo en casi todas sus composiciones, de las que emergen y se condensan personajes llenos de vigor y de fuerza.

En contacto con el mundo de la pintura desde los cinco años, Nori Ushijima intenta expresar en sus cuadros la búsqueda del significado existencial de la vida. –Pinto porque pienso, porque quiero saber por qué pienso, por qué vivo y por qué estoy aquí-. Pintor de recorrido propio, Japón, Peruggia, Roma, San Sebastián y finalmente Barcelona, donde reside en la actualidad, conforman el escenario de su obra.

Tras su larga estancia en Italia trabajando para el Ministerio de Bienes Culturales y Ambientales, realiza importantes ... obras de restauración de autores como Filippo Lippi, Rafael, Giotto, Guido Reni, Veronés y Caravaggio, entre otros, y empieza a introducir técnicas antiguas como fresco, encausto, temple al huevo y a la caseína, en su pintura.

Sus poderosas imágenes, tomadas de la propia historia del arte con referencias que van desde los grandes maestros del renacimiento italiano hasta los más próximos y cercanos, conforman una concepción clásica y al mismo tiempo moderna del espacio y la pintura, una concepción en la que se aúna tradición y vanguardia, modernidad y postmodernidad., creando una obra ecléctica en el sentido más utilizado del término.

Representado desde 1996 por la galería Arteko, Ushijima regresa a San Sebastián con su trabajo más reciente; dibujos y pinturas en los que refleja sus sueños reales y fantásticos. Obras como Entelequia, Minotauro, Leda y cisne, Efesto, Delirio o Prometeo vuelven a demostrarnos lo mucho que este artista sabe de la lucha con el espacio y el tiempo.

Nori, es un autor de fuerte personalidad, un creador de ensoñaciones, un investigador de la memoria ancestral de sus orígenes. Su obra no admite concesiones, progresa desde dentro hacia fuera. Es una evolución introspectiva en la que plasma una y otra vez su delirio personal, sus obsesiones por la esencia del ser. En Entelequia nos adentra de nuevo en ese mundo y nos sumerge y atrapa en la profundidad de su pintura.