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«En el aire conmovido…»

Exposición / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Santa Isabel, 52 / Madrid, España
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Cuándo:
06 nov de 2024 - 17 mar de 2025

Inauguración:
06 nov de 2024

Comisariada por:
Georges Didi-Huberman

Organizada por:
Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS)

ENLACES OFICIALES
Web 

       


Descripción de la Exposición

La exposición «En el aire conmovido…» comisariada por el filósofo francés e historiador del arte, Georges Didi-Huberman, explora el mundo de las emociones a través de casi 300 obras de 140 artistas. El «duende» de Federico García Lorca y su mirada a través de la infancia atraviesan esta exposición, que se presenta como una antropología política en clave poética de las emociones que trascienden lo individual e ingresan en el terreno de lo colectivo. El título «En el aire conmovido…» procede de un verso del «Romance de la luna, luna», el primer poema del Romancero gitano de Federico García Lorca, cuyo manuscrito original se encuentra expuesto en la primera sala, que encabezan los versos: «El niño la mira, mira [...] la está mirando…». Al final, hay que dedicarlo todo a los niños, dice Didi-Huberman, «No se trata ni de culto a la ingenuidad, ni de creencia en la pura inocencia. Los niños están en la encrucijada: buscan un lenguaje entre lo real y lo imaginario…Bajo las bombas, los niños aún son capaces de utopía». De los versos de García Lorca que se incluyen en cada capítulo, surge esta exposición que es un juego sobre las emociones, dice el comisario, que aglutina obras de diferentes etapas y artistas, para investigar el poder de las imágenes cuando se combinan y convergen. En la muestra, organizada por el Museo Reina Sofía y el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), podemos ver pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, audiovisuales o documentación de hasta el siglo XVI, de artistas tan diversos y universales como Hans Bellmer, Ruth Berlau, Salvador Dalí, James Ensor, Lucio Fontana, Federico García Lorca, Alberto Giacometti, Johann Wolfgang von Goethe, Francisco de Goya (del que se exponen 3 dibujos originales y 9 grabados), Víctor Hugo, Käthe Kollwitz, Charles Le Brun, Corinne Mercadier, Óscar Muñoz, Joan Miró, Pablo Ruíz Picasso, Auguste Rodin, Tatiana Trouvé, Única Zürn o Waad Al-Kateab, entre otros muchos. El filósofo Didi-Huberman, plantea esta exposición como un juego de libres asociaciones que da lugar a un recorrido articulado en siete capítulos o bloques temáticos: Infancias, Pensamientos, Caras, Gestos, Sitios, Políticas y de nuevo Infancias, inspirados y encabezados todos ellos por distintos versos del poeta granadino. La canción de Camarón de la Isla, Nana del caballo grande, que toma también su letra de un poema de Federico García Lorca, se escucha en la entrada de la muestra que se extiende a lo largo de 14 salas. Como complemento y extensión de la exposición, el 6 de noviembre a las 18:00 horas en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, tendrá lugar el encuentro « Conocimiento por conmociones» entre el filósofo Georges Didi-Huberman y el anterior director del museo, Manolo Borja-Villel, quien promovió la primera exposición que comisarió el filósofo en este museo en 2010:« Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas?». El encuentro culminará con una intervención escénica especial, a cargo de la mítica cantaora flamenca Inés Bacán y de la bailarina Luz Arcas, Premio Nacional de Danza 2024. La exposición permanecerá abierta al público desde el 6 de noviembre de 2024 hasta el 17 de marzo de 2025. Posteriormente viajará al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Del total de obras expuestas, 33 pertenecen a la colección del Museo. Entre los préstamos más destacados: tres dibujos originales de Goya que presta el Museo del Prado. El manuscrito original del Romance de la luna luna de Lorca que viene de una colección privada. 7 obras de la Fondation Giacometti. 8 dibujos de Goethe del Klassik Stiftung de Weimar. Una escultura de Rodin y numerosas fotos de época del Musée Rodin. Una obra de Gerhard Richter del Museum Morsbroich. 4 dibujos de Víctor Hugo de la Maison Victor Hugo. Además de esto, varios archivos y bibliotecas internacionales han colaborado con el préstamo de numerosos ejemplares procedentes de sus fondos: Biblioteca Nacional de España (12), Bibliothèque Nationale de France (15), la Staatsbibliothek zu Berlin (15) y el archivo de la Akademie der Kunste de Berlín (14). ------------------------------------------------------------------ «En el aire conmovido…» es una exposición concebida por el filósofo e historiador del arte, Georges Didi-Huberman (Saint-Étienne, 1953), uno de los pensadores actuales más relevantes y prolíficos de la filosofía contemporánea y la historia cultural de las imágenes, que se podrá visitar del 6 de noviembre de 2024 al 17 de marzo de 2025. Organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), la muestra parte de un verso del «Romance de la luna, luna», el primer poema del Romancero gitano de Federico García Lorca, cuyo manuscrito original se encuentra expuesto en la primera sala, y que da título a la exposición. Así, partiendo de la mirada de un niño, en un contexto histórico inquietante, con niños afectados por guerras, migraciones y conflictos, la muestra explora, a través de las reflexiones teóricas y gráficas de diferentes artistas y filósofos, el poder evocativo de las imágenes y la capacidad transformadora de la emoción que trasciende lo individual y se convierte en colectiva. Con Federico García Lorca omnipresente a través de esa mirada de la infancia y su noción de «duende». Con cerca de 300 obras de 140 artistas, Didi-Huberman articula un relato que es una antropología política en clave poética de la emoción cuando se convierte en conmoción, entendida como «una concatenación de emociones, un acontecimiento capaz de afectar a un conjunto, a un entorno, a una relación y no solo a un sujeto psicológico aislado». En esta exposición, el filósofo plantea un juego de libres asociaciones, que da lugar a un recorrido articulado en siete capítulos o bloques temáticos: Infancias, Pensamientos, Caras, Gestos, Sitios, Políticas y de nuevo Infancias, inspirados y encabezados por distintos versos del poeta granadino. La canción de Camarón de la Isla, Nana del caballo grande, que toma su letra de un poema de Federico García Lorca, se escucha en la entrada de la muestra. A continuación, 14 salas en las que podemos ver pinturas, esculturas, instalaciones, audiovisuales o documentación de hasta el siglo XVI, de artistas tan diversos y universales como Hans Bellmer, Esther Shalev-Gerz, Salvador Dalí, James Ensor, Lucio Fontana, Federico García Lorca, Alberto Giacometti, Johann Wolfgang von Goethe, Francisco de Goya (del que se exponen 3 dibujos originales y 9 grabados), Víctor Hugo, Käthe Kollwitz, Charles Le Brun, Corinne Mercadier, Óscar Muñoz, Joan Miró, Pablo Ruíz Picasso, Auguste Rodin, Tatiana Trouvé, Única Zürn o Waad Al-Kateab, entre otros muchos. Infancias. «El niño la mira, mira [...] la está mirando…» La mirada de la infancia sobre el mundo atraviesa toda la muestra y es una de las protagonistas del primer bloque de la exposición, donde pueden verse desde un fragmento de El espíritu de la colmena de Víctor Erice, hasta fotografías de Robert Capa y José Val del Omar, la película Ten minutes older de Herz Frank, además de otras obras de Frank, Goethe, Goya, Lorca, Miró, Rossellini o del poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht, que mediante un montaje de imágenes y pequeños poemas líricos, muestra lo peor de la guerra a través de los horrores que vieron los niños de aquella época. Y que por desgracia siguen viendo hoy en día. La sección inaugural se abre con los dos versos que preceden al que da título a la exposición en el «Romance de la luna, luna»: «El niño la mira mira / el niño la está mirando». Además de la mirada del niño, la luna es la otra protagonista en esta sección. No solo constituye un motivo recurrente a lo largo de toda la obra de Lorca, sino que también es el tema principal en los dibujos realizados por Goethe que se muestran en esta sala, en cuya noción de lo «demoniaco» se inspiró Lorca para “concebir la idea de duende que reflejaría en su conferencia «Juego y teoría del duende», 1933, cuyo texto mecanografiado original se expone también en el centro de la sala. Con su relectura de la obra de Lorca, Didi-Huberman apuesta por situar la figura del poeta granadino en el más alto nivel en la historia europea de las ideas estéticas, a la altura de poetas-filósofos como Johann Wolfgang von Goethe, Friedrich Schiller, Friedrich Nietzsche y Georges Bataille. Para ello, recupera su noción de «duende» como categoría estética con la que referirse a esa experiencia de la conmoción propia del cante jondo flamenco tan difícil no solo de experimentar, sino también de explicar teóricamente. Pensamientos. «¿Qué misterioso pensamiento conmueve a las espigas?...» El recorrido de este segundo bloque temático titulado Pensamientos se inicia en la sala dos con un espacio enciclopédico en el que se conectan fuentes documentales y filosóficas con producciones gráficas, musicales, literarias, fotográficas y audiovisuales de muy diversa índole. Es aquí donde dialogan las teorías de Descartes, Kant o Darwin con los dibujos de artistas como Charles Le Brun o Lavater. Este bloque es la parte más teórica de la exposición. Dividido en dos secciones situadas a ambos lados de la sala, Alfabetización y Emancipación, Didi-Huberman plantea dos enfoques, dos modelos de pensamiento muy distintos ante la experiencia de la conmoción: explicar o comprender. En el primero, Alfabetización, el objetivo consiste en explicar de una forma racional las emociones reduciendo todas sus dimensiones a un principio organizativo o regla del método. Así se obtienen alfabetos, gramáticas o diccionarios de las emociones como los que encontramos en las primeras vitrinas donde podemos ver tratados y documentos de Aristóteles, Barcelón, Camper, Comenius, Darwin, De Irala, Descartes, De Villafranca, Duchenne de Boulogne, Dumas, Esquirol, García Hidalgo, Gómez, Ignacio de Loyola, Janet, Lavater, Le Brun, Lersch, Londe, Michel, Richer, Rousselet, Spontone. El segundo enfoque sobre las emociones, Emancipación, es un enfoque romántico que busca comprenderlas en todo su caos y complejidad. Textos, tratados, partituras, grabados o láminas constituyen la imagen gráfica de esta sala con nombres como Bataille, Beethoven, Bergamín, Binswanger, Bruno, Calderón, Deleuze, Erasmo, Freud, Goya, Hegel, Hölderlin, Kant, Kluge, Lacan, Montaigne, Morente, Nietzsche, Nono, Saint-Simon, Scarlatti, Schiller, Spinoza, Warburg o el propio Federico García Lorca. Caras. «La cara con poca sangre, los ojos con mucha noche...» En Caras, el tercer bloque que se despliega en la sala tercera, Didi-Huberman se centra en el rostro humano, donde se plasman las emociones y contactan los movimientos psíquicos y el aire conmovido. La selección de Didi-Huberman para mostrar este intercambio muestra caras, lágrimas, gritos, cante hondo, baile, sexualidad o locura. Incluye los rostros del «El Chocolate» e Inés Bacán en las fotografías de Michel Dieuzaide, las dos fotografías de médiums de Albert Von Schrenck-Notzing o el silencio de los supervivientes de Auschwitz, entrevistados en el vídeo de Esther Shalev-Gerz. También podemos ver la última expresión de un rostro -es el caso de las máscaras mortuorias de Hegel y Nietzsche; o gestos que cristalizan emociones de gran intensidad, como la de la madre doliente por el dolor de la pérdida del hijo a causa de la guerra - Masque de Montserrat criant [Máscara de Montserrat gritando] 1938-1939- del escultor Julio González, y que es también el motivo compartido por los dibujos de Picasso y las fotografías de la plañideras realizadas por Franco Pinna—; además de las caras poéticas, cercanas al surrealismo, dibujadas por Federico García Lorca; o la atmósfera generada por los movimientos del rostro del escultor Medardo Rosso. El capítulo Caras se prolonga hasta la sala contigua con la serie de espejos Aliento de Óscar Muñoz, donde el espectador debe exhalar sobre su propio reflejo para devolver a la vida los rostros de personas ya fallecidas tomadas de obituarios y serigrafiados sobre el azogue del espejo por el artista. Además de los ya nombrados, en estas salas podemos ver obras de Jacques-André Boiffard, Alberto Giacometti, Esther Shalev-Gerz y Curt Stoeving. Gestos. «El duende sube por dentro, desde la planta de los pies...» «Los gestos son muy antiguos: nuestros propios fósiles en movimiento. Aby Warburg estudiaba sus supervivencias en las formas visuales, así como sus cambios de significación en la historia. Ahora bien, esos movimientos —bellos desafíos para la escultura— vehiculizan nuestros deseos. Se extienden entre la energía del pathos y la de la forma». Así introduce Didi-Huberman este bloque temático que aborda en la sala cuatro el gesto que se transforma en viento, aire, espacio, que «crea una coreografía de los cuerpos en el aire conmovido». Este bloque incluye una selección de gestos humanos que cristalizan la intensidad de la conmoción o de la experiencia asociada a la venida del duende. Muestra los gestos de las manos que, a través de las tensiones y la posición, crean nuevos espacios y muestran toda su capacidad dramática. La gestualidad de las manos tan importante en la danza ocupa un espacio importante también en esta sección a través de Suse Byk, Israel Galván, las bailarinas retratadas por Man Ray o Nijinksky, o del dibujo del Torero sevillano de Federico García Lorca, entre otros. También se reflejan ejemplos de gestualidad automática, en ocasiones asociada a la locura o a la experimentación con sustancias psicotrópicas, como en el caso de Antonin Artaud, Salvador Dalí, Henri Michaux o Unica Zürn. El capítulo termina en la sala cinco con la proyección de la película de la cineasta griega Maria Kourkouta Retour à la rue d’Eole. Además de las citados artistas, tienen presencia en este bloque Auguste Rodin, Bourneville, De Castro, Druet, G. Romero, Hugnet, Kafka, Klein, Manzon, Maspons, Pastier, Richer Farocki, Vicente Escudero, Hans Bellmer, Sitios. «Espacio y distancia. Vertical y horizontal. Relación entre tú y yo.» En el quinto capítulo que se despliega en las salas 6,7,8 y 9, Didi-Huberman aborda los sitios o lugares, no como espacios en sentido cartesiano, como una extensión universal que, en unas coordenadas a lo largo, ancho y profundo, contienen a los objetos. Tampoco en sentido kantiano, como condición de posibilidad de la experiencia. Didi-Huberman explora los sitios como espacios críticos, impregnados de los movimientos psíquicos del ser humano y por lo tanto de obsesiones y deseos. Los sitios son aquí el medio afectado por el pathos; o, en otras palabras, los aires conmovidos. A través de distintas estrategias plásticas y escultóricas, las obras que aquí se exhiben constituyen espacios alterados por el elemento trágico de la emoción humana. En la primera de estas salas, la seis, conviven dos pinturas de Joan Miró con un gran lienzo de Simon Hantaï. En estas obras, Miró simplifica al máximo la composición introduciendo «elementos mínimos y finitos como un punto o un destello en la superficie vibrante del cuadro», y evidencia así «su fascinación pictórica por el espacio infinito, el movimiento sin fin». La presencia del pájaro y de las amapolas, respectivamente, es sugerida mediante «una leve secuencia [...] intermitente» de línea y puntos, en un caso, y a través de tres manchas rojas y dos delgadas líneas, en el otro, y con esta sutileza consigue conmover el espacio infinito que los rodea. Con Simon Hantaï el comisario de la muestra mantuvo varias colaboraciones durante la década de los noventa que culminaron con la publicación en 1998 del ensayo L’étoilement (El estrellamiento). El trabajo crítico sobre el medio en Hantaï tiene que ver con su intervención sobre la propia superficie pictórica. El pintor trabaja con la tela del lienzo, anudándola y plegándola antes de pintarla. Hantaï modula la tela y, al mismo tiempo, esta se moldea: así, la superficie entra en contacto íntimo consigo misma. Según Didi-Huberman, en Hantaï «el lienzo es un campo dialéctico, un campo agitado por batallas que tienen lugar por todas partes, tanto en la extensión como en el espesor». En la sala siete, el espectador asiste a la conmoción a la que le trasladan las esculturas de hilos suspendidos del artista estadounidense, Fred Sandback, «obras que crean una herida en el espacio que, según el comisario, nos conmueve». En las dos salas restantes, ocho y nueve, del capítulo Sitios, asistimos a una exploración visual más explícita de ese aire conmovido. En la primera de ellas, Didi-Huberman presenta una línea más histórica de estas representaciones del aire conmovido, mientras que en la segunda su selección es más contemporánea. Las obras reflejan el movimiento de los fluidos, los cielos, las brumas y los vientos que vuelan los tejidos y portan fuerzas, partículas, deseos y emociones. Además de los mencionados vemos obras de Baraduc, Duchamp, Ensor, Fontana, Goethe, Goya Y Lucientes, Hugo, Marey, Mercadier, Penone, Richter, Salmon, Sjöström, Tarr y Trouvé. Políticas. «Luchaban.Luchaban.Luchaban. Así toda la noche.Y diez.Y veinte. Y un año.Y diez. Y siempre.» Una revolución empieza siempre con una conmoción, dice Didi-Huberman: «Las víctimas de la opresión son lloradas por los supervivientes. Pero en esas lágrimas, en esos gestos de lamentación, ¿no hay ya un llamamiento a la justicia? ¿No hay en el lamento un acto de «denuncia», en otras palabras, un gesto político?». El sexto bloque de la exposición lleva por título Políticas, que Didi-Huberman desarrolla como dos temas, Lutos y Luchas, en dos salas independientes, la 10 y la 11. El filósofo plantea los acontecimientos políticos como dos momentos: la lamentación y el paso posterior a la acción. Este bloque supone una ampliación o continuación de sus trabajos anteriores, la exposición que llevó a cabo en el Museo Reina Sofía en 2010 «Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas?» e «Insurrecciones» (2017/2019), su última exposición, que giró en torno a la experiencia del gesto humano de levantarse políticamente contra la opresión y la injusticia. Lutos en la sala 10, incluye una selección de fotografías, dibujos, grabados y extractos de películas en imágenes fijas y en imágenes en movimiento sobre las lamentaciones y el duelo. Se muestra lo peor: asesinatos, sufrimiento y duelos en los que aparece un dolor que emana de las lágrimas, los rostros y los gestos, y que impregna el aire que rodea los cuerpos de quienes sufren. La película El caballo de Turín, del cineasta húngaro Béla Tarr, de la que se proyecta un fragmento, conforma un hito dentro del recorrido expositivo. En Luchas, en la sala 11, se concretan distintas estrategias para dar forma al pensamiento crítico: respuestas violentas, ocupación del espacio público, formas renovadas de vida en común, discursos y actos públicos, libros, fotomontajes de imagen y palabra, grabados, dibujos y películas. En todas ellas, la emoción que subyace es la cólera o La Rabbia, como el título de la película de Pier Paolo Pasolini. En respuesta a la injusticia y el dolor, surge el conflicto y la lucha por la justicia. Además, en esta sección podemos ver obras de Balafas, Berlau, Brecht, Capa, Esteva, Goedhart, Goya Y Lucientes, Hibakusha (Supervivientes De Hiroshima), Jahnsen, Picasso, Smith, Pinna, Ubiña Andrieu, Brecht, Caron, Dayot, Friedrich,Guareschi, Heartfield, Kollwitz, Masotti, Michel,Piscator, Rimbaud, Archivo Ringelblum y Tucholsky. Infancias. «Un aire con olor de saliva de niño...que anuncia el constante bautizo de las cosas recién creadas.» Al final, hay que dedicarlo todo a los niños, dice Didi-Huberman, «No se trata ni de culto a la ingenuidad, ni de creencia en la pura inocencia. Los niños están en la encrucijada: buscan un lenguaje entre lo real y lo imaginario…Bajo las bombas, los niños aún son capaces de utopía». El último capítulo de esta exposición vuelve al inicio: Infancias. Porque precisamente la infancia, en clave lorquiana, es el eje de esta muestra, la mirada que la atraviesa. Según Didi-Huberman, «los niños ven la muerte en todas partes y le tienen miedo, por supuesto; pero esta no es, a sus ojos, irremediable: aún se puede jugar con ella». Por tanto, mirar el mundo con los ojos del niño «quiere decir a la vez tanto inquietarse por la presencia de espectros —los “otros”, los “mayores”, el “mundo”, las “amenazas”, los “muertos”— como lanzar alrededor tantos duendes como sea posible [con los que poder jugar con lo peor], [...] juguetes mágicos o diablillos con los que escaparse [y] continuar riendo». En la sala 13, vemos las inquietantes esculturas del artista francés Pascal Convert, tocones de árboles dañados en los campos de la batalla de Verdún bañados en tinta china, remarcando las heridas y marcas que el tiempo y la violencia han labrado sobre ellos, que dialogan con los dibujos de los niños Guayaki recopilados por el antropólogo francés Pierre Clastres. En las salas 12 B y 14, niños supervivientes de varios de los desastres del último siglo (la bomba de Hiroshima y varios conflictos armados alrededor del Mediterráneo) imaginan y expresan su dolor y sus recuerdos, así como sus anhelos y proyecciones hacia un futuro esperanzador. «Cueste lo que cueste, pese a todos estos desastres, hay que preservar la inocencia de una sola risa infantil entre las tragedias de la historia». Y para ello, recuerda Didi-Huberman, Federico García Lorca nos ha enseñado que debemos comprometernos con «un arte de la memoria» poética, y «asumir una ética para el presente del adulto en que se ha convertido [ese niño] que se enfrenta irremediablemente a la dureza del mundo histórico». Hay que asumir una ética con un «mínimo de alegría», porque, como escribe Lorca, «esta risa de hoy es mi risa de ayer, mi risa de infancia y de campo, mi risa silvestre, que yo defenderé siempre, siempre hasta que me muera». Además de los mencionados, en estas salas vemos obra de Al-Kateab, Cartier-Bresson, García Lorca, Niños Migrantes Del Mediterráneo, Archivo Ringelblum y Vigo. Del total de obras expuestas, 33 pertenecen a la colección del Museo. Entre los préstamos más destacados: 3 dibujos originales de Goya del Museo del Prado. El manuscrito original del Romance de la luna luna de Lorca de una colección privada. 7 obras de la Fondation Giacometti. 8 dibujos de Goethe del Klassik Stiftung de Weimar. Una escultura de Rodin y numerosas fotos de época del Musée Rodin. Una obra de Gerhard Richter del Museum Morsbroich y 4 dibujos de Víctor Hugo de la Maison Victor Hugo. Además de esto, varios archivos y bibliotecas internacionales han colaborado con el préstamo de numerosos ejemplares procedentes de sus fondos: Biblioteca Nacional de España (12), Bibliothèque Nationale de France (15), la Staatsbibliothek zu Berlin (15) y el archivo de la Akademie der Kunste de Berlín (14). Catálogo y actividades relacionadas Como complemento y extensión de la exposición, organizada por el Museo Reina Sofía en colaboración con el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, se ha publicado un catálogo, una coedición de ambas instituciones en el que, además de una cuidada documentación de las obras expuestas, se incluye un extenso ensayo en el que Didi-Huberman, autor de numerosas publicaciones sobre la historia y la teoría de las imágenes, desarrolla y amplifica las ideas abordadas en la muestra. En cuanto a las actividades, destacamos el encuentro «Conocimiento por conmociones» que tendrá lugar el día 6 de noviembre a las 18:00 horas en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, entre el filósofo Georges Didi- Huberman y el historiador del arte y exdirector del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, quien promovió la primera exposición que comisarió el filósofo en este museo en 2010:« Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas?» en la que reflexionaba sobre la forma de conocimiento histórico que posibilitan los atlas de imágenes inspirada por la filosofía de Walter Benjamin y el pensamiento del historiador del arte Aby Warburg. El encuentro culminará con una intervención escénica especial, a cargo de la mítica cantaora flamenca Inés Bacán y de la bailarina Luz Arcas, Premio Nacional de Danza 2024. Sobre Georges Didi-Huberman Georges Didi-Huberman (Saint-Étienne, 1953) es filósofo, historiador del arte y ensayista. Estudió en la Academia Francesa de Roma, en la Villa I Tatti de Florencia y en el Warburg Institute de Londres. Ha impartido clases en numerosas universidades de todo el mundo y, desde 1990, es profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Sus investigaciones se centran en la historia y la teoría de las imágenes desde el punto de vista estético y filosófico, abarcan desde la Edad Media hasta el arte contemporáneo e incluyen manifestaciones artísticas como el teatro, la literatura, el cine o la danza. Es autor de más de sesenta libros sobre el saber que las imágenes nos brindan, y ha comisariado numerosas exposiciones a lo largo de su trayectoria. Esta nueva muestra da continuidad a la precedente, comisariada también en este mismo museo en 2010 y titulada «Atlas, ¿cómo llevar el mundo a cuestas?». Entre sus publicaciones destacan: Imágenes pese a todo: memoria visual del Holocausto (2004); Lo que vemos, lo que nos mira (2004); Venus rajada: desnudez, sueño, crueldad (2005); Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes (2006); Cuando las imágenes toman posición (2008); La imagen superviviente (2009) y Ser cráneo (2009).


Entrada actualizada el el 05 nov de 2024

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