¿Puede considerarse el Realismo del siglo XXI como un resurgimiento de conceptos decimonónicos en cuanto al arte? La respuesta sería no, en referencia a la temática y a la captación por parte del pintor de la esencia más intima de la forma o figura, tal como en su momento realizaron Courbert, o más cercano a nosotros Martí Alsina o Josep Borrell, puesto que en el siglo XIX, este movimiento pretendía plasmar objetivamente la realidad, fuera cual fuera.

La muestra que Joan Longas presentó hasta finales de mayo en la Galeria Barnadas de Barcelona: En busca de lugares comunes, huye del concepto expresado anteriormente, constituyendo una clara manifestación en contra de las veleidades de la moda conceptual, la abstracción o el informalismo matérico, de difícil comprensión hasta llegar al punto de incomunicación con el espectador, en aras de una evasión de ... la realidad.

La obra de Longas, presenta un concepto del Realismo, donde a pesar de la precisión en su tratamiento, la idiosincrasia del tema carece de importancia, ya que lo que reivindica el artista es establecer tensiones espaciales sobre un lienzo plano, para desarrollar su propia teoría del color y del juego lumínico.

Podría decirse que el Realismo de Longas es de muy difícil definición en lo que respecta a la actualidad de las artes plásticas; en general, puesto que en su obra, el artista sólo alude a una cierta actitud frente a la realidad, en la que la plasmación de ésta no tiene que ser necesariamente copia o imitación, aunque sí ajustarse a una cierta visión generalizada, como ocurre con Longas.

El artista ofrece entornos y parajes agradables, de contemplación plácida y serena, que gustan al espectador que admira tanto su tratamiento técnico como la escena o situación expresadas en la obra, que además huyen claramente de los dictados de la crítica erudita, destinada a entelequias minoritarias, para abogar por una pintura nítida y transparente, que acerque al espectador al arte sin complicaciones.