Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- De algún modo, toda visita a una exposición supone una pausa en el tiempo. Inmersos en el blanco homogeneizador, en su aparente neutralidad y limpieza, nos introducimos en la Zona 'C' en un universo de silencio y calma, un espacio que nos llama a la observación y meditación. Pero... ¿qué nos encontraremos allí? En blanco es un espacio habitado por cinco seres tan anónimos y perdidos como nosotros, en ese mismo instante. Cinco personas que ocupan nuestro mismo vacío existencial, pero que parecen completamente ajenos a cualquier otra presencia, inmersos en una meditación constante con ellos mismos. Son hermosos protagonistas de una historia en la que estamos incluidos, pero aunque parecen tan humanos coma nosotros mismos, su quietud extrema y el silencio de sus acciones tan cotidianas pero quiméricas al mismo tiempo, nos llevan hasta otra visión de la realidad. Y probablemente no sea más que un reflejo de nuestra vivencia contemporánea, de esa suspensión vital permanente a la que estamos sometidos, pero retratada con una delicada atmósfera casi mágica, ilusoria, lírica... y sin embargo ajena - en su quietud desencajada, en el silencio espectral de sus, tal vez, desorientados y melancólicos protagonistas - a cualquier tipo de paz. El joven fotógrafo compostelano Jesús Madriñán nos habla de nuevo en su obra de la irremediable soledad del ser humano, pero en esta ocasión la Zona 'C' no es un mero soporte: si la obra de un artista constituye en ocasiones un reflejo de su particular mirada sobre el mundo, En Blanco quiere ser el espejo que aglutine esa mirada; una exposición que transforme al espacio en fotografía y la fotografía en espacio, permitiendo así al espectador introducirse en una imagen y habitarla. Y ¿cómo es esto posible? A través de la técnica perspectiva conocida como anamorfosis, las fotografías de Madriñán abandonan en esta exposición su soporte estático para fundirse -casi tridimensionalmente- en nuestro espacio y así, mediante todo un juego de realidades, el espectador dejará de ser un observador pasivo para ser responsable, con su mirada, de activar la serie de ilusiones ópticas por las que los retratados ganarán primero corporalidad y presencia... para ir después, con su paseo, desvaneciéndose en forma de deformaciones fotográficas. Jesús Madriñán Esta preocupación existencial, esta nada silenciosa que nos inunda de melancolía, está perpetuamente presente en el trabajo del joven artista compostelano Jesús Madriñán. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, Madriñán trabaja en series fotográficas que surgen de sus propias vivencias y que habitualmente giran en torno a su preocupación por la soledad humana y la incapacidad para comunicarse del joven contemporáneo. Fuertemente influenciado por la atmósfera de la pintura costumbrista decimonónica en los países nórdicos, transforma la cotidianeidad en sus escenografías a través del protagonismo de la luz, que envuelve a las figuras con un halo de artificio y convierte los espacios en verdaderos paisajes oníricos, metáforas de la melancolía universal y eterna. Como surgidas de un sueño donde la realidad que vivimos se abstrae, se deshumaniza y se despliega hacia horizontes desconocidos, sus mágicas fotografías nos presentan a unos personajes ausentes, apagados pero bellos, abandonados a una extraña sensación de pérdida y falsa quietud permanente. En posturas irreales, incómodas, a veces levitando o detenidas en acciones inquietantemente cotidianas, sus retratados se convierten en maniquís habitados por una humanidad artificial, inmersos en un estadio de soledad eterna y en un perpetuo silencio, aun cuando están acompañados. Abandonados siempre en el interior de su propio cubo blanco... perdidos en su vacío vital. Sobre la Anamorfosis Una anamorfosis o anamorfismo (que significa literalmente en griego 'transformación') es una deformación reversible de una imagen a través de un efecto perspectivo que hace que desde un determinado punto de vista preestablecido la mirada del observador cree efectos 'ilusorios' en tres dimensiones. Este método descrito ya en los estudios de Piero della Francesca sobre perspectiva, tuvo sus comienzos en el Renacimiento dentro de la disciplina de la geometría proyectiva y fue practicada durante siglos, llegando a impartirse incluso en las escuelas de arte europeas hasta el siglo XIX, para después caer en desuso hasta casi desaparecer. Retomada en la actualidad por diferentes artistas, la anamorfosis se presenta como un campo de posibilidades más allá de la pintura, en un constante reto a la imaginación. Y aunque citaremos como ejemplos contemporáneos las instalaciones de Felice Varini o Justen Ladda y las fotografías de Georges Rousse - quién contó en el año 2000 con su propia retrospectiva en el Centro Galego de Arte Contemporánea - no hemos encontrado ningún ejemplo artístico en el que sean, tal y como planteamos, las propias fotografías las que abandonen su soporte estático para fundirse en el espacio, ese espacio compartido con el espectador y que será el único margen y marco de la obra.
A partir de unas fotografías realizadas y concebidas para la propia sala, la exposición pretende jugar con la sorpresa del espectador a través de una serie de ilusiones ópticas que incorporan al visitante a una realidad onírica de personajes que levitan a su alrededor, perdidos en la soledad de un paisaje que se desmaterializa en el blanco de la propia sala.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España