Descripción de la Exposición
El desinterés de Juan Luis Goenaga por la comunicación verbal puede llevar a interpretar su arte como sustitutivo de aquella, y, por tanto, como un deseo de transmisión de su mundo interior al resto. En cambio, pinta para sí mismo, impulsado por una necesidad de vaciado de todo aquello que inquieta su percepción, pues la pintura es una realidad indisociable de su propia existencia.
El proceso creativo es en muchos casos un acto agotador, que se inicia a través de reflexiones y sensaciones que traslada al lienzo o al papel sin un plan preestablecido, en el que es la propia obra la que le va mostrando el camino para abandonar el caos inicial. La tensión que se genera en la confluencia del componente físico con el intelectual convierte su trabajo en un ejercicio extenuante; doloroso y liberador a la vez.
Su obra es el resultado de una amalgama de referencias que comprenden el contacto directo con el paisaje, los emplazamientos y la historia subyacente en ellos, las lecturas científicas y literarias, las vivencias personales, y el acervo cultural y artístico. No obstante, el tema carece de importancia, y no es más que una excusa para entregarse a la creación. De igual manera, el modo de expresión resulta accesorio, y transita de forma espontánea entre abstracción y figuración. Los límites entre ambas son difusos, y una misma obra puede recorrer ambos caminos en su concepción. El origen, pese a todo, es siempre algo concreto sobre lo que se apoya en su intención de lograr otra realidad más significativa. Al fin y al cabo, goza de una percepción extremadamente sensible, que trasciende lo evidente para adentrarse en lo intangible.
Al igual que entiende la realidad como una sucesión de estratos que se superponen en el espacio-tiempo, puede volver sobre una obra insistentemente, añadiendo capa sobre capa, para, en definitiva, incorporar transparencias de color, sugerencias táctiles e intensos significados que exigen al espectador detenerse en la contemplación y aguzar el análisis. Y aunque pinta sobre todo aquello que siente íntimo (el paisaje, la historia, la familia, el sexo), en su obra subyace la idea de naturaleza, y, en esencia, de una naturaleza asociada a lo ancestral, que convierte a su propuesta en un mensaje íntimamente genuino y leal.
Mikel Lertxundi Galiana