Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Esta exposición, organizada por la Secretaría de Estado de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, con la colaboración de la Diputación de Córdoba, se enmarca dentro del Plan de Comunicación Cultural de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, que pretende potenciar la cooperación entre las distintas administraciones públicas, con el fin de garantizar la eficiencia y rentabilidad mutuas, favoreciendo la descentralización y el acceso de los ciudadanos a una programación cultural amplia y de calidad. También se incardina en el ámbito de la línea estratégica 'nuevas miradas', llevada a cabo por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes, que ofrece un nuevo enfoque en la lectura de las colecciones históricas de los museos estatales, bajo el prisma de la creatividad contemporánea, con el fin reinterpretar sus colecciones y espacios, dinamizar sus actividades y fomentar diferentes diálogos. En esta ocasión se trata de una pequeña selección de la obra del artista cordobés Emilio Serrano (Córdoba, 1945- 2012) que se expone en un ambiente especial, en una maravillosa casa museo, que ha sabido acoger, con la misma familiaridad como si diera la bienvenida a un querido huésped, los grafitos del artista contemporáneo. En este ámbito domestico es donde parece que, de repente ahora, todo se trastoca en una extraña sensación de intimidad profanada, como si estuviésemos transitando entre corrientes misteriosas. Se diría que ambos, los objetos del museo y los grafitos que ahora exponemos, han llegado a poblar el espacio que comparten y, también, a poseer un alma. Tanto unos como otros reivindican una historia o historias, en la que las cosas, humanizadas, constituyen redes hablantes, a pesar de que parezcan estar sometidas a una situación de inmovilidad y de aparente silencio. Emilio Serrano ingresó, en 1956, a la edad de 11 años, en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, con el fin de recibir clases preparatorias de dibujo. En 1963 inicia su andadura profesional, ingresando en la Escuela Superior de Bellas Artes 'Santa Isabel de Hungría' de Sevilla. En 1968 finaliza la carrera en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge, de Barcelona. Durante ese curso se inicia en el mundo de la calcografía, obteniendo el Primer Premio de Grabado que concede la Dirección General de Bellas Artes de Barcelona. En 1978 es seleccionado para representar a España en el malogrado proyecto sobre el Realismo Español, en el museo Puskin, de Moscú. Tras varios viajes a París, con el fin de conocer directamente a los pintores antiguos y a otros artistas contemporáneos, en 1977, lleva a cabo un viaje a Italia que, junto con los otros, le ayudan a llevar a cabo descubrimientos particularmente determinantes para su vocación artística. En 1979 ejerce como profesor de pintura en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Su dedicación a la técnica del grabado le lleva a participar de forma permanente con sus obras en la Calcografía Nacional de Madrid; en los fondos de la 'Biblioteca Nacional' y en el Museo Contemporáneo del Grabado Español, de Marbella. Estos dieciséis cuadros que ahora exponemos son una buena muestra de una importante faceta dentro de la obra del pintor cordobés. Se trata del dibujo o grafito sobre tabla, previamente preparada a la tradicional manera de la 'media creta' -técnica que tiene su origen en los viejos maestros de la escuela holandesa, en especial en Van Eyck, por el que Emilio Serrano sentía especial devoción-. La precisión necesaria en el trazo, los conocimientos técnicos y el dominio absoluto del dibujo son características fundamentales de esta exigente técnica, que no admite ninguna clase de enmienda o arrepentimiento, por lo que revela bien a las claras las facultades del cordobés que, con un predominio casi absoluto del blanco y negro, roto únicamente por escuetas y sobrias notas de color consigue, a través de lo que parece un medio mínimo, un resultado plástico brillante. Los ecos de la pintura simbolista del también cordobés Julio Romero son ineludibles, así como la conexión con esa 'escuela' andaluza neo-realista y sus modos de utilizar la figuración, influenciados por la obra del manchego Antonio López, pionero en esta nueva vertiente de lo real. La iconografía siempre gira entorno a temas melancólicos y cotidianos, que hacen referencia a la infancia y al pasado más íntimo del pintor: humildes objetos familiares como una radio o una máquina de coser, bodegones sobre pulcros pañitos bordados, viejos retratos de comunión, bellas muchachas entregadas al sueño o ensimismadas en sus pensamientos... y todo ello teniendo casi siempre como testigo el perfil de su querida Córdoba, que se extiende al fondo de la composición. Otros temas tienen que ver con las alegorías, encarnadas en figuraciones femeninas ideales que hacen referencia a las Bellas Artes o a cuestiones abstractas como la Soledad o el Sueño -muy en la línea de toda aquella temática que se puso de moda a fin de siglo y que tanto eco encuentra en el ecléctico ambiente del Museo Cerralbo- o con la Mitología, así como a una personal y subjetiva lectura e interpretación, en clave contemporánea y 'cordobesa' del legado bíblico.
Los dieciséis cuadros que se exponen son una muestra de una importante faceta dentro de la obra de Emilio Serrano (Córdoba, 1945-2012). Se trata del dibujo o grafito sobre tabla, previamente preparada a la tradicional manera de la técnica media creta . Esta técnica tiene su origen en los viejos maestros de la escuela holandesa, en especial en Van Eyck, por el que Serrano sentía especial devoción. La precisión necesaria en el trazo, los conocimientos técnicos y el dominio absoluto del dibujo son características fundamentales de esta exigente técnica, que no admite ninguna clase de enmienda o arrepentimiento, por lo que revela bien a las claras las facultades del cordobés que, con un predominio casi absoluto del blanco y negro, roto únicamente por escuetas y sobrias notas de color consigue, a través de lo que parece un medio mínimo, un resultado plástico brillante. En sus cuadros Serrano evoca el simbolismo de Julio Romero de Torres y demuestra una clara influencia del artista manchego Antonio López en su manera de emplear la figuración. La iconografía gira en torno a temas melancólicos y cotidianos que hacen referencia a la infancia y al pasado íntimo del pintor y casi siempre con la ciudad de Córdoba como fondo de la composición. Otros temas tienen que ver con las alegorías, encarnadas en figuraciones femeninas ideales que hacen referencia a las Bellas Artes o a cuestiones abstractas como la soledad o el sueño -muy en la línea de toda aquella temática que se puso de moda a fin de siglo y que tanto eco encuentra en el ecléctico ambiente del Museo Cerralbo- o con la mitología, así como a una personal y subjetiva lectura e interpretación, en clave contemporánea y cordobesa del legado bíblico.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España