Hacer posibles las decisiones importantes resulta siempre emocionante. Hasta hace apenas unos días aún se trataba de una ilusión. Porque ilusión era lo que existía ante una decisión tomada hace ahora unos meses, una decisión que se ha llevado a efecto en diciembre de 2010. Después de tantos años dedicados casi íntegramente a la fotografía (fotógrafo, profesor, comisario, director artístico y galerista) había decidido acabar con la primera de las facetas, la de hacedor de fotografías. Así me interpuse una fecha concreta que sólo anuncié a dos personas concretas ajenas a mi círculo personal y a tres allegados muy cercanos. Ninguno de todos ellos adujo nada en contra aun a pesar de no entender tan importante decisión. La fecha llegó y la ilusión de entonces es ahora alegría, alegría de liberación. El placer del abandono ha hecho realidad un presente placentero. Me costó darme cuenta, pero en un momento de...lucidez comprobé que, desde hacía un tiempo, tomar fotografías era para mí como masticar arena. No me quedaba otra que seguir los pasos del amaneramiento... o abandonar. Y seguir adelante sólo contemplaba un único final posible: el patetismo. Así pues, la retirada como decisión vinculada a un tipo de éxito. ¿Puede hablarse de éxito en estas circunstancias? ¿No podría más bien entenderse el abandono como un fracaso? Por supuesto, podría. ¿Y podría ser interesante la narración de un fracaso? No lo sé. Alberto Adsuara
Entrada actualizada el el 03 jun de 2014
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
