Los objetos y postales que protagonizan las distintas composiciones en las cajas de Elsa Zambrano provienen de sus travesías tanto físicas como culturales. No solo son los desplazamientos por las grandes capitales y sus museos sino por la historia del arte de distintos momentos desde la antigüedad, pasando por el Renacimiento hasta la época actual. Su obra es el resultado de un recorrer real e imaginario generando no solo escenarios cultos y eruditos sino haciendo cometarios donde el humor tiene una sintonía especial con el observador.
Hay una celebración festiva y optimista en todo el trabajo de Elsa Zambrano. Ella señala los íconos que referencian la historia visual a través del arte ocupándose de los momentos más oportunos y relacionándolos con objetos que dialogan eficazmente. Las postales que eran un vehículo de comunicación, recuerdo y pequeño fetiche de las más entrañables imágenes se encuentran con pequeños muñecos, muebles, frutas, flores y...reducidas imágenes tridimensionales de las pinturas o esculturas aludidas. El juego de valores, la dicotomía de las relaciones y el suspicaz comentario lúdico se van deslizando por las puestas en escena de estos pequeños procerios donde todo puede ser posible.
Elsa Zambrano nació en Bogotá en 1951. Ha realizado estudios de arte en Bogotá, Barcelona y París. Participa en exposiciones colectivas desde 1974 y ha sido incluida en más de setenta. Desde 1979 celebra muestras individuales y hasta el momento a celebrado catorce. Su interés en el Museo Imaginario, serie a la cual pertenecen las obras que exhibimos, representa las preocupaciones de su más reciente producción.
Esta exposición nos sirve no solo para ilustrar el trabajo vivaz e imaginativo de Elsa Zambrano sino para volver a recordar y recuperar imágenes perdurables del repertorio de lo visual a través de grandes artistas. El Bosco, Velázquez, Goya, Ingres, Durero, Toulouse-Lautrec, Lucian Freud, y una larga lista que invita a la evocación y al placer de la contemplación.
Los distintos episodios que Elsa Zambrano diseña y articula forman en si un nuevo museo imaginario ideal. Obras de distintas procedencias pueden estar finalmente juntas en una misma sala. Esta historia ficcionada de los museos y sus obras está contada en muchos episodios donde cada cubo escénico ofrece una información particular animada por encuentros asociativos entre las imágenes y los objetos que las comentan. En un vaivén donde obras míticas y solemnes se presentan en situaciones inesperadas, pero con cierta lógica. En el ejercicio de asociar y disociar se encuentra la seducción que un trabajo como este puede causar en el observador.
MIGUEL GONZÁLEZ
Profesor, curador y crítico de arte.
Miembro de AICA.
Curador Museo Rayo
Entrada actualizada el el 26 jul de 2017
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