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El artista, escultor-pintor, nos propone en esta muestra una serie de obras con un lenguaje propio, lenguaje de signos y símbolos, en el que se entremezclan los datos de 'figuración' con otros más 'deformados' e, incluso, abstractos, estableciendo un especial discurso, más intuitivo que físico, en el que hay que utilizar la imaginación para poder seguir el relato y cuyo hilo conductor es el color y el modo en que se utiliza. Toda la carga simbólica plasmada -propia, tal vez, de los 'sueños'- se traduce en algo real desde el momento en que nosotros procuramos interpretarlos como algo propio

Todo se substancia en los personajes geométricos: la geometría es su estructura; el color, la corporeidad; el sentimiento, el aire que los envuelve.

Por otra ... parte, las pinturas, de cuerpos planos, se asemejan a secciones de las esculturas, a vistas planas de las mismas, pero igual de coloristas y llenas de vida, dentro de ese estilo que se ha dado en denominar 'surrealismo revisado'. Su interpretación plantea parecidos interrogantes y similares esfuerzos. Una mirada a cómo se las denomina: 'Bailando astros por ti', 'Buscándote entre las estrellas', 'Tres pies tiene el gato', 'Tocando las narices', 'Mi perro fuma en pipa', 'Mi cabeza es un tablero' o 'Un cuchillo entre los dos', por citar algunas, nos evidencia la ironía, el humor y la poesía interna que anida en estas obras.

Pero, ¿dónde está la fiesta?...

 La verdadera fiesta es vivir, tanto en la realidad como en el sueño. La fiesta es disfrutar de esas visiones y todo vale mientras nos haga felices.