La memoria del balneario de Panticosa permanece en los documentos, testimonios e imágenes que, a lo largo del tiempo, han compuesto un extraordinario legado revelador de la singularidad de un lugar cuya condición actúa como enorme acumulador histórico del territorio y de sus contenidos culturales. Atender al proceso de su configuración conlleva analizar las condiciones geográficas y peculiaridades geomorfológicas de Panticosa, conocer el descubrimiento y características de manantiales y aguas termales, fijar los momentos en los que el termalismo suscitó interés y sus inmediatas consecuencias en todos los ámbitos: político, económico y cultural. El progresivo crecimiento de la arquitectura balnearia supuso la pronta transformación de la red de comunicaciones, y el conocimiento científico de las aguas modificó sustancialmente las motivaciones que animaban al viaje. De establecimiento especializado en el tratamiento de la tuberculosis, las bondades del agua, del clima y del paisaje convirtieron el balneario de Panticosa en destino privilegiado...para el descanso.
De su estancia en el balneario de Panticosa en septiembre de 1877, convaleciente de una afección pulmonar, escribió Santiago Ramón y Cajal en la primera parte de sus memorias Mi infancia y juventud: "Grandes médicos son el sol, el aire, el silencio y el arte. Los dos primeros tonifican el cuerpo; los dos últimos apagan las vibraciones del dolor; nos libran de nuestras ideas, a veces más virulentas que el peor de los microbios y derivan nuestra sensibilidad hacia el mundo, fuente de los goces más puros y vivificantes". El dibujo, la fotografía y la conversación ampliaron la experiencia diaria de sus paseos, "como si tuviera ante mí un programa de vida y de acción inacabable". Junto a los recuerdos de Ramón y Cajal una selección de testimonios de quienes visitaron los Baños de Panticosa se funden con las imágenes que registran la historia del balneario que, en este proyecto expositivo y editorial, abordamos como si de un relato biográfico se tratara.
La relación de textos e imágenes evidencian las continuas dificultades, de toda índole, que han empañado los proyectos de desarrollo y crecimiento del Balneario de Panticosa. El último escollo se sitúa en la crisis económica de 2008 en España que frenó la ambiciosa restauración del antiguo balneario. En diciembre de 2011, Iñaki Bergera, arquitecto y fotógrafo, comenzó el registro visual del abandono de las instalaciones de Panticosa. Desde entonces su mirada ha atendido a los muros que conforman los nuevos y los viejos edificios, y traducen las ideas de quienes los proyectaron. Sus fotografías nos permiten ensayar una nueva aproximación a los Baños de Panticosa que se inicia con el archivo visual histórico conservado en la Fototeca de la Diputación de Huesca y en diferentes colecciones, para abordar una cuestión crucial: la incidencia que las continuas transformaciones han tenido en los diferentes "modos de mirar" y en los "modos de ver" de quienes se sitúan ante las imágenes. La "mirada experta" de Bergera aportará una nueva y renovada información del Balneario de Panticosa, acorde con las aproximaciones actuales a las nociones que vertebran el presente proyecto: territorio y paisaje; salud, ocio y turismo; arquitectura balnearia; y fotografía. Asuntos que serán abordados por destacados especialistas en la publicación de este Elogio del agua dedicado a los Baños de Panticosa.
Entrada actualizada el el 10 jun de 2022
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